En un contexto de crisis y de pérdida de competitividad respecto a otras instalaciones del Mediterráneo, la Sociedad de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep-Valencia) -que integran nueve compañías tras su privatización y de la que también forma parte la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) presidida por Rafael Aznar- se propone que el convenio colectivo que ya ha empezado a negociar con los estibadores contemple medidas reductoras de gastos, que, según las fuentes empresariales consultadas por este diario, incluirían una rebaja de salarios en este colectivo de trabajadores.

Dado el historial de conflictos laborales que atesora la APV con los estibadores y la dureza negociadora de estos, los patronos ya han asumido que se avecina una época de "problemas" en el puerto, pese a las consecuencias negativas que tendría una huelga en el recinto en estos momentos. Una de las primeras reuniones entre ambas partes, el pasado mes de septiembre, fue todo un indicativo de las dificultades que se avecinan. El encuentro entre la patronal y los sindicatos -controlados por Coordinadora de Trabajadores del Mar y que representan a 1.302 empleados-, duró apenas diez minutos. Los representantes de los trabajadores exigieron la incorporación de 25 nuevos estibadores en plena crisis y rechazaron a los interlocutores de la patronal en la mesa de negociación. Los empresarios se niegana nuevas contrataciones ante la caída de actividad de un 18 % en agosto de este año, en comparación con idéntico mes del ejercicio de 2012. La Asociación Naviera Valenciana asegura que el bloqueo en la negociación del convenio está provocando que algunas compañías lleven su carga de contenedores de transbordo a otros puertos como Gioia Tauro (Italia) y Sines (Portugal).

Los costes de la estiba y desestiba representan dos terceras partes del gasto total en las escalas de los barcos en las terminales portuarias, una situación poco competitiva con otros recintos de la competencia como Tánger-Med o Algeciras, cuyos costes laborales son inferiores.