Amper, el grupo liderado por el empresario valencianos Enrique Bañuelos, comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la venta de Epicom a Duro Felguera por 4,6 millones de euros le ha supuesto una minusvalía contable de 7,5 millones. Gracias a esta desinversión, Amper cumple con una de las exigencias que le imponían los bancos que conforman su crédito sindicado, compuesto por unas 22 entidades financieras, para aplazar una vez más el actual acuerdo de stand still interrupción de las obligaciones financieras de pago de la deuda hasta el próximo 16 de diciembre y, lo que es más importante, ganar tiempo para negociar una reestructuración de su deuda sindicada, que asciende a unos 120 millones.

La venta de Epicom, especializada en el desarrollo de software de seguridad y defensa, se encuadra dentro del plan estratégico 2013-2016 del Grupo Amper y, más concretamente, en su plan de optimización de la estructura de capital. El pasado 30 de septiembre, Amper llegó a un acuerdo con las entidades financieras para la prórroga del stand-still vigente desde el 1 de julio. Según este acuerdo, la interrupción de las obligaciones financieras de pago de la deuda permanecería en vigor hasta el 31 de octubre de 2013 y se prorrogaría automáticamente hasta el 16 de diciembre en el caso de que entrara efectivo o la firma desinvirtiera en activos no estratégicos.

A la citada minusvalía se añade el hecho de que Bañuelos no ha encontrado el apoyo de los accionistas ni de los inversores en la ampliación de capital anunciada en Amper. La operación se cerró por un importe total efectivo de 5.368.423 euros, una cifra que constituye un 35,8 % de la ampliación prevista inicialmente, que ascendía a 15 millones. Bañuelos se ha quedado con 5 millones del total.