Durante seis días, los que separaron su ingreso en la cárcel madrileña de Soto del Real de su salida de la Navalcarnero, situada a unos cien kilómetros y a la que fue traslado la noche anterior a su excarceración por problemas de cupo, los abogados y familiares de Roberto López Abad intentaron sin éxito conseguir un aval por un millón y medio de euros para pagar la fianza fijada por el magistrado de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez. Finalmente, los familiares del exdirector general de la CAM realizaron la transferencia que le permitió salir de la cárcel casi una semana después.

En esos seis días en los que los representantes legales de López Abad no dejaron puerta por tocar para lograr el aval (por llamar, llamaron hasta al Sabadell, donde rechazaron tajantemente la petición por no considerarla oportuna) sólo cosecharon negativas. Tan difícil se les puso lograr el aval que el miércoles por la mañana, cuando Roberto López ya cumplía su sexto día entre rejas, familiares del exdirectivo realizaron una transferencia por un millón y medio de euros que permitió su salida de la prisión a media tarde.

Nada ha trascendido del origen del dinero con el que López Abad ha comprado su libertad provisional ni el motivo por el que no se optó desde el primer momento por realizar la transferencia. A este millón y medio hay que sumar las dos viviendas y la deuda del Estado que hace unas semanas designó por orden del mismo juzgado como fianza, para hacer frente a una posible responsabilidad civil, por su imputación en la pieza principal.