El consejo de administración de Repsol aborda en su reunión de hoy el principio de acuerdo alcanzado entre los gobiernos español y argentino sobre la compensación por la nacionalización de YPF, que previsiblemente contará con el visto bueno de la dirección de la petrolera. Aunque apenas han trascendido detalles, el mercado celebró este acuerdo de mínimos, de manera que Repsol se anotó una subida del 4,28 %, la segunda mayor del Íbex 35, al tiempo que registraban avances importantes dos de sus principales accionistas, Sacyr (5,95 %, la mayor del selectivo) y Caixabank (2,19 %, la tercera).

Los gobiernos español y argentino cerraron el lunes por la noche un principio de acuerdo para compensar a Repsol por la nacionalización, en abril de 2012, del 51 % de las acciones de YPF, todas ellas de la petrolera española. Este acercamiento, eminentemente político, contó también con la presencia de YPF, de dos de los accionistas de Repsol Caixabank y Pemex y de tres altos directivos de la petrolera española, aunque no su presidente, Antonio Brufau.

El acuerdo, del que no han trascendido detalles oficiales, consistiría en el pago de unos 5.000 millones de dólares (unos 3.700 millones de euros) en deuda soberana argentina canjeable por efectivo en el mercado menos de la mitad de los 10.500 millones de dólares (unos 7.700 millones de euros) inicialmente reclamados por Repsol y en la retirada por ambas partes de todos los litigios judiciales.

Repsol se apresuró el lunes a advertir de que el documento está subordinado a la valoración de su consejo, «que deberá pronunciarse sobre sus términos y condiciones» en la sesión de hoy para acordar «lo que estime conveniente en exclusivo interés de la compañía y de sus accionistas». Según fuentes conocedoras del proceso, el consejo sería proclive a aceptar el acuerdo, que se encuentra dentro de los mínimos planteados por Brufau para ser defendidos en el encuentro. Estas «líneas rojas» serían, en primer lugar, que la compensación fuera en activos líquidos o convertibles en efectivo; en segundo lugar, que el importe fuera aceptable, y en tercero, que cuente con la garantía de cobro a corto plazo. Este último punto, la garantía de convertir el pago en ingresos, es el que determinará la aceptación del acuerdo por parte del consejo, según estas fuentes.

El nuevo jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, señaló ayer que esta propuesta de pacto abre la puerta a nuevas inversiones energéticas en el país, que hasta ahora se habían dificultado por la ofensiva judicial de Repsol.