El último plan PIVE del Gobierno ha servido para situar las ventas de automóviles en España en general, y en la Comunitat Valenciana en particular, en la parrilla de salida de una carrera hacia un crecimiento sostenido en 2014. El año 2013 se ha cerrado con una subida de las ventas del 3,3 %. Una cifra discreta 723.936 vehículos, pero que pone fin a ocho años seguidos de caídas salvo 2010, que han dejado el volumen de negocio muy por debajo de la mitad del que había en 2005 1.647.837, pico de lo que se podría considerar la «burbuja» del automóvil.

A pesar de estas cifras, España se encuentra todavía a más de trescientos mil coches de su mercado potencial, según reconoció ayer el presidente de la patronal de concesionarios Faconauto, Jaume Roura, que atribuyó el aumento de ventas a los planes de incentivos y a los descuentos aplicados por los propios concesionarios.

Los datos de la Comunitat Valenciana son aún mejores, ya que el año terminó con unas ventas de 79.395 vehículos, un 6,1 % más que en 2012 y cerca del doble de la subida media en España.

El peso del crecimiento de las ventas ha caído sobre las espaldas de los particulares, cuyas compras han crecido un 18 % en 2013, representando más de la mitad de la tarta gracias a los planes de ayudas del Gobierno. Por contra, el trozo del pastel que correspondía a las empresas flotas y los alquiladores se ha reducido notablemente, sobre todo el de las primeras.

El mayor peso en la ligera recuperación de las ventas ha ido de la mano de los segmentos de utilitarios y compactos, con crecimientos del 5,57 % y del 9 % respectivamente, y que ya suponen más de la mitad de las ventas totales. También el segmento de los todo-terrenos pequeños se disparó un 61 %, aunque su trozo de pastel es relativamente pequeño. Los mayores desplomes del año se registraron en los deportivos y superdeportivos, con caídas del 23 y del 35 %.

Por lo que respecta a las marcas, Volkswagen lideró las matriculaciones (63.973), seguida de otra firma del grupo alemán, Seat (59.136) y la francesa Peugeot (57.225). El mayor aumento de ventas entre las marcas generalistas fue de Opel, que consiguió subir un 10 %, con 54.528 unidades. Lo que llama la atención son las matriculaciones de una marca de lujo como Mercedes, que vendió en España cerca de la mitad que otras marcas generalistas (Renault, Citröen o Ford) y presentó un incremento del 12,72 %, pese a encontrarse en un segmento que ha perdido fuelle con la crisis. BMW, otras de las marcas «premium», pese a no subir como su rival alemán, si que consiguió mantener su cuota de mercado.