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Las colmenas valencianas se vacían

El uso de pesticidas durante la floración de cultivos mata miles de abejas en instalaciones apícolas

Un apicultor revisa una instalación en un campo de La Ribera. Levante-EMV

El uso de determinados pesticidas para tratar frutales de hueso cultivados en superficies agrarias de la Hoya de Buñol, Camp de Turia y La Ribera está provocando una mortandad de abejas sin precedentes a estas alturas de la temporada respecto a los últimos años. En poblaciones como Cheste y Vilamarxant, entre otras, se han detectado numerosas colonias muertas durante este pasado fin de semana como consecuencia de un producto fitosanitario que no se debe usar en época de floración, adelantada en 2014 pese a actual estación invernal debido a las elevadas temperaturas de las semanas precedentes.

El apicultor Carlos Muñoz, representante de la Unió de Llauradors, aseguró ayer que dichas mortandades de abejas provocan «considerables pérdidas a los apicultores valencianos», pues la catástrofe se suma a las que ya de por si tienen por los bajos precios de la miel o los problemas sanitarios continuos que padecen en sus explotaciones. La crisis de la apicultura valenciana por falta de rentabilidad en el negocio y el problema del relevo generacional en las aproximadas 1.700 explotaciones (que albergan unas 400.000 colmenas) también se acentúa por el problema del síndrome de despoblamiento, que ha reducido un 30 % el número de colmenas durante un lustro.

La Unió de Llauradors va a solicitar la retirada del Mesurol 50WP (polvo mojante), cuya sustancia activa es el Metiocarb, clasificado como T (tóxico) y V (peligroso para el medio ambiente.). Es utilizado contra los insectos que atacan las flores de los frutales y como cebo. En su etiqueta se dice textualmente que es «altamente tóxico y que no se aplique directamente sobre las abejas, ni sobre las colmenas. Se recomienda no aplicar sobre vegetales o cultivos que estén en floración». Y se indica que «en caso de ser necesaria su aplicación hay que mantener las colmenas a una distancia mínima de cuatro kilómetros durante todo el tiempo de floración a los efectos que las abejas no estén en contacto con el producto o sus residuos tóxicos».

Carlos Muñoz sostiene que el uso del citado citado pesticida para combatir plagas fitosanitarias en los frutales puede generar daños irreparables para las colonias de abejas, provocando incluso la muerta de la colmena al quedarse completamente sin población de insectos para producir miel.

Los apicultores valencianos han mostrado un profundo malestar por el uso de fitosanitarios que utilizan los agricultores en sus cultivos, ya que consideran que «de no detenerse puede agravar aún más las pérdidas al sector de la apicultura». Durante los últimos días han podido comprobar en sus instalaciones la elevada mortandad de abejas.

Estos productores también vienen sufriendo el retraso en los pagos de las ayudas del Consell. Recientemente, la Asociación de Defensa Sanitaria Apícola (Apiads) también ha lamentado el descenso «importante» de la actividad apícola en la comarca del Camp de Morvedre y auguran, de no cambiar las cosas, su pronta desaparición.

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