Teyoland ha dado esta semana un paso más hacia su cierre definitivo. La dirección de la gran superficie del hábitat de capital valenciano ha rescindido los contratos de casi toda la plantilla que conservó cuando el pasado mes de noviembre cesó en su actividad comercial. Una veintena de empleados permanecieron en su puesto para participar en la renovación de la tienda y preparar el cambio de modelo que debía llevar a la empresa a ofrecer muebles y productos del hogar más baratos para tratar de rentabilizar el negocio.
Sin embargo, en las últimas semanas la actividad en el pabellón alquilado a Feria Valencia ha sido prácticamente nula. Ayer, el grueso de esta plantilla ya no acudió a su puesto de trabajo. Este diario ha tratado en diversas ocasiones en los últimos días de ponerse en contacto con Miguel Ángel Sanjosé, el empresario que tomó las riendas de la compañía cuando su fundador y exconsejero delegado Ignacio Tello fue apartado de la gestión. Sanjosé ha evitado dar explicaciones sobre la situación en la que se encuentra el proyecto.
En el accionariado cunde el pesimismo y la resignación. Familias adineradas valencianos invirtieron cerca de cinco millones de euros que se esfumaron en apenas seis meses, el tiempo que estuvo abierto al público Teyoland (entre mayo y noviembre de 2013). Ahora dan por perdido su dinero. Aunque la empresa se ha dado de plazo un par de meses para lograr financiación y tratar de reabrir, la situación es muy complicada y cada día parece más cierta la clausura definitiva. Feria Valencia, que ha presentado una demanda de desahucio, no cobrará la deuda pendiente de Teyoland y se quedará sin inquilino.
