El nuevo modelo es mucho más atractivo para los aspirantes privados, porque evitan hacerse cargo del Museo y el Hemisfèric, cuyos costes operativos son mayores. El Ágora tendrá que llenarse de actividades, pero apenas tiene gastos de mantenimiento y no cuenta con personal asignado que tenga que subrogarse el concesionario.
La experiencia del Oceanogràfic ha sido muy positiva para Parques Reunidos desde el punto de vista económico, aunque se da por hecho que el nuevo contrato será más beneficioso para Cacsa que el actual.
Al sacar el Museo de las Ciencias, el Hemisfèric y las zonas comunes del concurso, lo lógico es que Cacsa reduzca el canon fijo que tenía previsto cobrar al operador (que oscilará entre los 800.000 y el millón de euros al año) y aumente el canon variable, el porcentaje que recibirá en función del negocio que se genere.
Está previsto además que el pliego contemple un canon de entrada, una cantidad que recibirá Cacsa por el hecho de ceder la gestión de parte de sus elementos.
Hasta tres han sido los aspirantes que más interés han mostrado, aunque no de descarta que pueda haber más, incluidos grupos internacionales. Parques Reunidos gestiona actualmente el Oceanogràfic y buscará mantener su contrato, ampliados con las nuevas líneas de negocio del Ágora, la restauración y «catering» de todo el complejo y los productos de «merchandising».
Parques Reunidos tiene en el Oceanogràfic socios valencianos (Ballester y Lladró) que aspiran a repetir experiencia. El operador, debido a su experiencia, ha colaborado además con Deloitte en la elaboración del pliego de prescripciones técnicas.
También Rain Forest, la empresa que gestiona el Bioparc de Valencia, ha mostrado interés. Al desaparecer de pliego el Museo y el Hemisfèric el interés será mayor, pues el contrato casa más con su actividad principal, la explotación de un recinto zoológico. Rain Forest ha mantenido contactos con Aspro Ocio con el fin de tratar de buscar alianzas. Habrá que ver si cuajan.
Aguas de Valencia también baraja pujar por el concurso, según ha admitido públicamente su presidente Eugenio Calabuig. La concesionaria, sin experiencia en el sector, mantiene conversaciones con posibles operadores.
