Un buen negocio para Parques Reunidos Valencia. Así cabría resumir desde un punto de vista puramente crematístico la relación contractual que durante más de una década han mantenido la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el actual operador de l'Oceanogràfic hasta que en abril del año próximo se resuelva la nueva licitación.

La mercantil que en febrero de 2003 asumió la gestión del recinto acuático de Valencia ha acumulado unos beneficios netos superiores a los 33 millones de euros desde entonces, a los que hay que sumar los que se hayan generado en 2013 y 2014, todavía sin computar. Así queda reflejado en los balances de cuentas depositados en el Registro Mercantil. El último corresponde al ejercicio de 2012 (hasta el 30 de septiembre) y arroja un resultado de 3,11 millones de euros.

Parques Reunidos Valencia es una filial de la multinacional española especializada en parques zoológicos y de ocio Parques Reunidos. La matriz posee algo más del 75 % de capital. El promotor valenciano Andrés Ballester atesora otro 12,4 %, a través de Ágora Patrimonial, y una de las ramas de los Lladró (la de José Lladró y su hija María José Lladró Castelló) es dueña del restante 12,5 %, a través de Inmuebles Altia.

La mercantil ha repartido dividendos casi desde su nacimiento. Sólo en 2012 los socios recibieron algo más de tres millones de euros. El año con mejores números fue 2003, con 3,97 millones de beneficios. El peor, con 2,44 millones, se firmó en 2005.

A esto hay que sumar además que Parques Reunidos factura a su filial por prestación de servicios ligados a l'Oceanogràfic. La cifra de negocio acumulada en la última década se acerca a los 200 millones de euros si se computan también las refacturaciones a la propia Cacsa. El contrato, suscrito en marzo de 2002 con José Luis Olivas al frente del equipo económico del Consell, preveía que la empresa pública compensaría al operador los gastos de explotación (personal, mantenimiento, etc). Además, contemplaba el cobro por Parques Reunidos Valencia de un canon fijo anual de 1,5 millones (actualizado con el IPC) y un porcentaje variable del resultado de explotación del parque.

Por su parte, el concesionario ha pagado a la empresa pública un canon fijo anual de 601.000 euros por explotar el merchadising y la restauración de l'Oceanogràfic y un canon variable en función de los ingresos por esas actividades.

El nuevo concurso licitado ahora por Cacsa amplía el objeto del contrato a la gestión y explotación del Ágora y la restauración y «merchadising» de todo el complejo de la Ciudad de las Artes, además de facultar al futuro operador a proporcionar contenidos para el Museo y el Oceanogràfic. También se ha modificado el sistema de cánones.

En su última memoria, Parques Reunidos se mostraba optimista sobre sus opciones de hacerse con el contrato. «La experiencia adquirida durante estos diez años en la prestación de estos servicios será una ventaja determinante en el posicionamiento en la futura licitación».