El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, defendió ayer que para que la Comunitat Valenciana siga en la senda de la recuperación económica son necesarias la seguridad y estabilidad que dan las «mayorías suficientes», por lo que «no es momento de derivas secesionistas, propuestas rupturistas o proyectos confusos y contradictorios». Fabra se pronunció así en el transcurso de la conferencia sobre Nueva economía que pronunció en un acto organizado en Valencia por el diario Levante-EMV y patrocinado por el Banco Santander. A su juicio, es momento de «generar confianza y tranquilidad para abordar los cambios que de forma permanente necesita cualquier sociedad para seguir creyendo en el futuro».

Fabra precisó que la Generalitat «trabaja para que sea la palanca que impulse la competitividad de las empresas», pero que esto solo se consigue «con estabilidad y seguridad». Los empresarios, parte esencial del auditorio de cerca de 300 personas que se congregó ayer en el edificio Veles i Vents del puerto de Valencia, «saben bien que sin confianza no hay ni inversión ni generación de riqueza y empleo», dijo. Según Fabra, «las cosas están cambiando, pero hay alternativas o supuestas alternativas que pueden hacer que cambien los sistemas y estructuras, y eso va en contra de la seguridad y la estabilidad, que es lo que precisa cualquier sociedad». Acto seguido, en una afirmación de claro contenido político, el presidente de la Generalitat no se anduvo por las ramas: «Necesitamos mayorías suficientes», dado que las decisiones de reforma han sido tomadas «desde las mayorías suficientes porque garantizan los cambios económicos de relevancia».

La intervención de Fabra estuvo precedida por la del director de Levante-EMV, Lluís Cucarella, quien abordó algunas de las condiciones inexcusables que debe traer consigo la nueva economía a la que nos dirigimos. En su opinión, es fundamental «abrir hueco en el mercado de trabajo para los jóvenes», apoyar decididamente la integración de las nuevas generaciones, luchar contra el abandono escolar y apostar por la formación laboral. Además, Cucarella defendió la necesidad de «derribar obstáculos al avance de la mujer» y apostar por los trabajadores de mayor edad, porque «no podemos permitirnos el lujo de perder la experiencia de estos trabajadores».

Por último, además de reclamar una intensa reindustrialización para que el sector secundario se convierta en tractor del resto de actividades, abogó por que la nueva economía discurra de tal forma que reduzca «la excesiva desigualdad» que aqueja a la sociedad actual.

Para el presidente de la Generalitat, la clave de esa nueva economía se encuentra en las reformas, las mismas que, por no aplicarse en los años de bonanza, condujeron al inicio de la crisis a un país debilitado por «la baja productividad y el alto endeudamiento». En relación con esto, Fabra destacó los resultados ya tangibles de los cambios introducidos en los últimos tiempos en la Comunitat Valenciana para concluir que «no estamos bien, pero estamos mejor que hace un año». Así, puso de relieve que la autonomía se encuentra a la cabeza de España en reducción del paro y en incremento de las exportaciones, que ha logrado 50.000 nuevas altas a la Seguridad Social y que, en el segundo trimestre del año, uno de cada cuatro empleos españoles se creó en la Comunitat Valenciana. Asimismo, defendió el incremento de la recaudación del IVA y del Impuesto de Sociedades, la reducción del déficit en 1.800 millones y la reestructuración del sector público, la mayor de España, según dijo, antes de citar a la red de universidades Hispalink, que pronostica un crecimiento del PIB valenciano en 2014 del 1,3 % y del 2,4 % para 2015 el segundo más elevado de España gracias a la contribución de la industria y los servicios.

En el turno de preguntas, a Fabra se le pidió que valorase los efectos que sobre la recuperación valenciana puede generar el parón que están sufriendo en su crecimiento las principales economías de la eurozona. El presidente de la Generalitat admitió que los valencianos «somos exportadores y la mayoría de nuestras ventas van a la zona euro», lo que implica que «cualquier retroceso nos afecta». Sin embargo, recordó que los empresarios «han aprendido a ampliar nuevos mercados», de tal forma que la dependencia de una sola zona ya no es tan elevada como antes y, además, «nuestras empresas están constantemente buscando alternativas. Eso nos hace más fuertes».