El Ministerio de Industria aún no ha alumbrado la normativa que debe poner en marcha la nueva tarifa horaria de la luz, un mecanismo que permitirá a una parte de los hogares „los que estén acogidos al precio regulado por la Administración y que además dispongan de contadores inteligentes„ gestionar sus consumos de forma que pueden obtener algún ahorro en el recibo. El sistema, que ha encadenado retrasos desde junio de 2014, tenía que estar en marcha desde el pasado miércoles, día 1 de abril, pero ha sufrido un nuevo aplazamiento «sine die».
Fuentes de Industria precisaron que las órdenes ministeriales con las reglas de la nueva tarifa están en tramitación. Los borradores ya están en poder las compañías eléctricas para que formulen sus aportaciones, pero su aplicación efectiva aún no tiene una nueva fecha concreta. Tales normas regularán un proceso cuya complejidad técnica explica los sucesivos retrasos de la nueva tarifa. Implica que la luz será facturada al precio que se fije para cada hora del día en el llamado mercado mayorista de la electricidad y teniendo en cuenta el consumo real que el usuario tenga en cada una de esas horas. La nueva facturación tendrá las peculiaridades e implicaciones.
Los usuarios potenciales serán exclusivamente los que estén en el mercado regulado, aquellos que pagan la luz conforme a la tarifa que desde hace un año se denomina técnicamente Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). Están al margen los que tengan contratada la luz en el mercado libre. Además de permanecer en el sistema regulado, el usuario de la tarifa horaria deberá disponer de contador digital. Las empresas de distribución eléctrica tienen hasta 2018 para renovar por completo el parque de contadores. ¿Cómo se facturará la luz? Desde la primavera de 2014 y conforme a un sistema provisional, la parte del recibo que corresponde a la energía consumida ( el 40% del total) se factura para los usuarios que tienen la tarifa regulada utilizando los precios del mercado mayoristas. Esos precios varían cada hora.
