La economía mundial se encuentra en un momento de «desigual» crecimiento, una vez superada la gran crisis, en la que las economías avanzadas comienzan a recuperar solidez mientras que las emergentes afrontan crecientes vulnerabilidades. Así lo recoge el último informe del FMI, en el que sitúa sus previsiones de crecimiento mundial en un 3,5 % para este año y eleva una décima hasta el 3,8 % las de 2016.

«Un conjunto de complejas fuerzas están modelando las perspectivas en todo el mundo», explicó Olivier Blanchard, economista jefe del FMI al presentar los nuevos pronósticos del organismo. Por un lado, las economías avanzadas, con Estados Unidos al frente, se prevé que vean fortalecida su posición a lo largo de 2015, al igual que la zona euro.

De acuerdo con el FMI, Estados Unidos, la primera economía mundial, crecerá por encima del 3 % en 2015 y 2016, gracias a unos bajos precios energéticos, un ajuste fiscal más moderado y un aumento de la confianza de los consumidores.

En las economías emergentes, que sostuvieron el crecimiento mundial durante la llamada Gran Recesión de las avanzadas, el escenario ha comenzado a oscurecerse como consecuencia del descenso en los precios de las materias primas y las condiciones financieras menos favorables. Entre otros, destaca la ralentización de China, las dificultades de Rusia y el agudo frenazo de América Latina.