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La parálisis de la Cierval

La parálisis de la Cierval

Julio está como quien dice a la vuelta de la esquina y el rediseño de la patronal autonómica Cierval, que debería celebrar elecciones ese mes con su nuevo modelo recién negociado, no avanza. La comisión de trabajo creada con ese propósito lleva tiempo sin reunirse y no se la espera de momento, según las diversas fuentes de la organización consultadas, que aseguran que la parálisis obedece ahora a la negociación con el Consell y los sindicatos del reglamento que desarrolla la Ley de Participación Institucional. La aprobación de este texto en las Corts, casi por unanimidad, fue el motivo argüido inicialmente para demorar las conversaciones. Tenía sentido. La ley garantiza cada año a la patronal 2,7 millones de euros. Es decir, su supervivencia.

Fuentes de la Generalitat aseguran que lo que debe determinar ese reglamento no es sustantivo —cuestiones más de forma, como los requisitos para las justificaciones de dinero y similares— y creen, por tanto, que la Cierval lo toma como excusa para demorar su rediseño, sobre todo si tenemos en cuenta que falta un mes para las elecciones autonómicas y todas las fuentes coinciden en que no hay tiempo para cerrar la negociación. Así que será misión del nuevo Consell.

¿Por qué no trabajar ya en el rediseño? Porque las cuestiones de fondo no se han aclarado todavía. Y son varias. Tan es así que algunos dirigentes empresariales creen que «lo sensato y lo lógico» es demorar el nuevo modelo e incluso plantean la posibilidad de retrasar las elecciones en Cierval, que determinarán si José Vicente González sigue o no al frente de la misma.

El dinero

La cuestión clave es cómo se van repartir esos 2,7 millones, teniendo en cuenta las enormes penurias de las provinciales de Alicante (Coepa ) y Castelló (CEC), que no pueden pagar sus cuotas a Cierval. La valenciana CEV es la que está sosteniendo a la autonómica y pretende hacer valer su posición para ganar peso, incluso haciéndose con su sede y la presidencia, en la persona de Salvador Navarro. Esta última opción se barajó hace unos meses. No solo fueron algunos miembros del comité ejecutivo de la CEV los que alentaron las ambiciones de Navarro, sino que los cantos de sirena también procedieron de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), cuyo presidente, Vicente Boluda, está claramente enfrentado a González.

Sin embargo, las fuentes consultadas consideran que esa pretensión se ha rebajado de forma considerable en los últimos tiempos y aseguran que Navarro parece haber dejado a un lado en este momento la batalla por la presidencia de Cierval.«Salva debe esperar y lograr mientras más peso para la CEV», afirma un dirigente consultado. El discurso que pronunciará ante la asamblea que lo reelegirá el próximo día 30 será un indicativo de sus intenciones: «Él quería decir ese día que se presentaría en Cierval, pero no le toca y lo más probable es que lo que diga es que la CEV debe ganar peso en la autonómica», afirma un dirigente empresarial.

Las fuentes consultadas apuntan que González, reelegido el pasado enero como vicepresidente de CEOE, es un firme defensor de transformar la patronal autonómica y piensa que con el dinero garantizado de la Ley de Participación Institucional será más fácil llegar a un acuerdo. Sin embargo, no hay que olvidar que el peso de la provincial de Valencia en Cierval, un 41 %, es inferior a su relevancia real, que está por encima del 50 %. Habrá que ver si Alicante y Castelló aceptarán un cambio que para la CEV es irrenunciable y forma parte de su hoja de ruta. «Con el dinero habrá pelea», asegura un dirigente sectorial, que admite que áun no saben cómo repartirán el dinero.

Elecciones en Castelló

De ahí que en esta calma chicha en la que parece sumida la organización influyan algunos otros acontecimientos. Por ejemplo, las elecciones previstas para junio en la CEC. Las relaciones del tandem José Roca-Rafael Montero son pésimas con la CEV y con González, que hace cuatro años se aliaron con Alicante para descabalgar al segundo de la secretaría general de la Cierval. Un relevo en la presidencia de la organización castellonense, que muchos anhelan, modificaría el panorama negociador. No menos relevante es ver cómo terminan las luchas internas en la Coepa alicantina.

A todo esto, los dirigentes patronales deberán atender a los deseos e intereses de las organizaciones sectoriales, alguna de las cuales ya ha manifestado su intención de ganar protagonismo en la nueva Cierval. Hace tres lustros, en la anterior reforma, se abrió el camino para que estas federaciones se constituyeran en el ámbito autonómico para evitar que Cierval fuera la mera suma de tres provinciales. Fue un fracaso. Ahora, al menos hasta la llegada del dinero de la Ley de Participación Institucional, se ha planteado incluso volver al viejo modelo de las presidencias rotatorias. Hay quien dice que, pese a la existencia de contactos, todo está pendiente de una seria conversación entre Navarro y González. Se verá.

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