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Un PAI en Nàquera atascado por su impacto sobre la Calderona

El equipo de Gobierno lidia con el proyecto urbanístico para no tener que indemnizar a Aedifica

El PAI que el grupo Aedifica proyectaba en Náquera se ha convertido en uno de esos proyectos malditos heredados de los tiempos de excesos del ladrillo. En 2005, el ayuntamiento de esta población del Camp de Turia, entonces gobernado por Ricardo Arnal, dio luz verde al plan de Fontanelles que incluía un campo de golf y 1.300 chalés en plena zona de protección del Parque Natural de la Calderona.

El alcalde, que había tomado la vara de mando tras una moción de censura junto a Unió Valenciana al PSPV-PSOE, firmó un convenio por el que a cambio de ceder a la mercantil de Aedifica Residencial Náquera Golf miles de metros cuadrados de monte público municipal y el aprovechamiento urbanístico, obligaba a la promotora a construir un edificio multiusos en el pueblo conocido como Accis y otras obras valoradas en 37 millones.

Residencial Náquera Golf inició las obras de un enorme edificio completamente ajeno a la trama urbanística de la población ubicado junto al ayuntamiento. Pero las máquinas no tardarían en desaparecer.

La Conselleria de Territorio paralizó el PAI de Fontanelles por su impacto medioambiental. Del mismo modo, bloqueó el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Náquera por la inclusión de éste y otros proyectos urbanísticos incompatibles con la normativa autonómica. Uno de los consejeros de Bankia designado por Rodrigo Rato, José Manuel Serra Peris, tenía una participación del 5 % en el proyecto urbanístico.

El nuevo equipo de gobierno de Náquera, encabezado por Damián Ibáñez (UPdN) en coalición con el PSPV-PSOE, ha evitado echar para atrás el PAI para no tener que indemnizar a Granell y Escandón por las obras ya ejecutadas en el edificio Accis. Con el objetivo de evitarse demandas judiciales de Aedifica incluso llegó a propiciar un acuerdo de consenso entre todos los grupos sumando a IVIN y PP para aprobar definitivamente el proyecto y pasar la patata caliente a la Conselleria de Territorio para que sea ésta la que lo tumbe.

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