Descontento generalizado entre el colectivo de ingenieros industriales por las políticas económicas desarrolladas en los últimos años tanto por el Gobierno como por la Generalitat. Un estudio de opinión encargado por el Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana entre casi medio centenar de profesionales arroja un suspenso (4,6 sobre 10) en la valoración de las medidas implementadas para favorecer la recuperación de la economía.

La percepción de este colectivo, muy vinculado a las empresas industriales, mejora con respecto a la actual situación económica en España. De hecho, el 50,8 % de los 481 colegiados consultados otorga un aprobado justo al estado actual frente al suspenso del 73 % que concedió en la anterior edición del estudio, presentado ayer en rueda de prensa por el decano del Colegio de Ingenieros, Miguel Muñoz, y el responsable de la comisión de comunicación, Víctor Navarro.

Más pesimista en la visión de la economía valenciana, que recibe un suspenso por parte del 60 % de la muestra. En este caso, tal como ayer puso de relieve Muñoz, hay un factor distorsionador de las opciones de recuperación y es la elevada preocupación por el fenómeno de la corrupción en la Comunitat Valenciana. Preguntados por este asunto, los ingenieros sitúan en 8,3 puntos de media sobre diez el nivel de corrupción del ecosistema regional. Incluso el 30,4 % de los encuestados puntúa el problema con un 10, lo que da idea del hartazgo de los profesionales. No en balde, la sucesión de escándalos aparecidos durante los últimos años en la Comunitat han contribuido a generar esta inquietud.

Los ingenieros industriales también discrepan abiertamente de las políticas de inversión y gasto público de la Administración en I+D+i y consideran insuficiente igualmente el flujo de trasferencia de tecnología entre universidades y centros tecnológicos y las empresas valencianas. Los encuestados otorgan un suspenso del 4,2 sobre diez a esa relación entre empresas y sistema de generación de I+D+i.

En cuanto a la visión del colectivo sobre la industria valenciana, un 55 % constata mejoras en el comportamiento de los márgenes empresariales y en la contratación en el corto y medio plazo. Pero es en el largo plazo (tres años) donde un 64 % confía en una notable mejora en las ventas y en la contratación. La mayor parte de los encuestados señala además el bajo nivel de inversión pública en I+D+i, el mal funcionamiento de la Administración Pública, el difícil acceso a la financiación o el elevado coste de la energía y las materias primas.

En materia de ocupación, el colectivo puede presumir de ser de los menos afectados por el paro, pues sólo el 5,6 % de los activos está desempleados, seis décimas menos. El crecimiento de grandes empresas nacionales y multinacionales implantadas en Valencia ha contribuido a absorber profesionales, más del 30 % del total ya trabaja en estas compañías.