Si las grandes superficies comerciales tenían alguna esperanza de avanzar hacia una mayor liberalización de aperturas en la Comunitat Valenciana pueden despedirse de ella. La derrota del Partido Popular y el más que probable gobierno que surja de un pacto entre PSPV-PSOE y Compromís augura tiempos de mayor restricción horaria y proteccionismo hacia el pequeño comercio.
El Partido Popular y su hasta ahora conseller de Economía, Máximo Buch, abandonarán la conselleria del ramo con un decreto de regulación de horarios consensuado con las organizaciones de comerciantes pero que no contó con el respaldo de la patronal de grande superficies Anged. La norma es fruto de la insistencia de entidades como Covaco y Cecoval, además de la patronal de supermercados Asucova (Mercadona, Consum, Masymas, etc), que eran conscientes de que era la única forma de poner negro sobre blanco sus propuestas a la espera de una nueva Ley de Comercio autonómica que nunca llegaba.
Del debate parlamentario generado por el decreto impulsado por el Consell de Alberto Fabra surgió un consenso generalizado de la oposición de poner en cuarentena la herencia legislativa d e los populares. «En las reuniones que tuvimos antes de las elecciones, los tres partidos que pueden formar gobierno estuvieron de acuerdo en revisar la ley actual, especialmente en el tema de las aperturas dominicales», afirma Amparo Barroso, secretaria general de Covaco.
Esta organización está convencida de que habrá una replanteamiento también a nivel municipal, toda vez que son muchos los ayuntamientos que han cambiado de color político. Los casos más claros son los de Alicante y Valencia. En virtud de la Ley de Comercio estatal, ambas capitales están consideras zonas de gran afluencia turística. El gobierno municipal de Rita Barberá ha optado por liberalizar zonas concretas y la práctica totalidad de grandes superficies abren todos los domingos y festivos.
Esta circunstancia ha generado un agravio comparativo con centros comerciales del extrarradio y del área metropolitana. El caso más paradigmático es el de Gran Turia en Xirivella, que ha llevado su veto a abrir domingos a la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC), que a su vez ha denunciado a la Generalitat por vulnerar la Ley de Unidad de Mercado.
Una herramienta útil
La más que probable elección de Joan Ribó como alcalde de Valencia podría acarrear una revisión del modelo de aperturas, aunque muy condicionado por la propia legislación estatal. Del mismo modo, el próximo Consell tendrá que sortear las denuncias de la CNMC y las reclamaciones de las grandes superficies del área metropolitana.
En cualquier caso, el decreto de regulación de horarios recientemente aprobado no deja de ser un instrumento que puede ser muy útil para los nuevos inquilinos de la Generalitat. Ha sido consensuado por las organizaciones de comerciantes, es restrictivo en cuanto a las aperturas en las áreas metropolitanas de Valencia y Alicante y marca unos criterios objetivos que hace compatibles los intereses de pequeños y medianos comerciantes con la demanda de los turistas y los propios consumidores locales, según han manifestado las mismas organizaciones.
Desde la patronal de grandes superficies Anged se muestra cautela ante los resultados electorales. «Nadie ha dicho que vaya a quitar las aperturas dominicales y si es así no estamos de acuerdo. Pero hasta que no veamos la composición del Ayuntamiento no nos vamos a pronunciar», dijeron fuentes de esta organización que agrupa a grandes marcas instaladas en centros comerciales.
Lo cierto es que la libertad horaria en la ciudad de Valencia ha encajado con cierta normalidad entre los consumidores y no ha generado grandes quejas de los comerciantes locales. Otra cosa es que no se ha demostrado que haya tenido especial incidencia en la generación de empleo.
