La caída de los márgenes como consecuencia de los bajos tipos de interés está empezando a pasar factura a las cajas rurales valencianas, que vieron cómo en el primer trimestre del año sus beneficios bajaban en conjunto en un 19 %, según los datos hechos públicos ayer por la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito. Si en los tres primeros meses de 2014 las ganancias sumadas ascendieron a 11,7 millones de euros, un año más tarde han caído a 9,5. La evolución no ha sido homogénea. De las 28 entidades que han sobrevivido a la crisis en la autonomía ocho han logrado en el citado período incrementar sus resultados, alguna de ellas de forma muy significativa. Es el caso de las dos principales cajas que siguen independientes. La Central de Orihuela elevó sus ganancias en un 108 %, hasta 4,4 millones, mientras que Caixa Popular lo hizo en un 123,8 %, hasta 1,1 millones.
También figuran en este grupo cuatro de las cinco rurales castellonenses que siguen independientes aunque se han asociado a Cajas Rurales Unidas, liderada por el grupo Cajamar, en el Banco de Crédito Cooperativo. La Vall eleva sus beneficios un 23 % (96.000 euros), Almàssora, un 51,6 % (561.000), Vinarós un 53,5 % (109.000) y Coves de Vinromà, un 48,2 % (43.000). La quinta, Benicarló, solo sufre un descenso del 4 % (123.000 euros). Del resto, elevan sus ganancias Algemesí, un 13,6 % (158.000), L´Alcúdia, un 3,4 % (298.000) y Alcora, con un 4,9 % (572.000). Las tres también siguen independientes.
El resto, en su inmensa mayoría integradas en el grupo cooperativo Cajamar, registraron descensos en sus resultados que en ocasiones llegaron a porcentajes de relieve. El caso más relevante es de de Caixa Torrent, cuyas ganancias bajaron un 75 %, de 1,8 millones a 460.000 euros. La de Vila-real sufrió una bajada del 80 %, hasta 170.000 euros; Sant Vicent, del 80 %, hasta 68.000; Nules del 87 %, hasta 58.000; y Cheste, del 76 %, hasta 72.000. El descenso está en sintonía con el de Cajamar, que pasó de 114 a 25 millones, un 78 % menos. Además de cabecera del mencionado grupo, esta entidad ha absorbido en los últimos años a Ruralcaja, Caja Campo y la Rural de Castelló, por lo que su presencia en la autonomía es muy relevante.
Cajamar
Fuentes oficiales de Cajamar explicaron que su descenso obedece a que en el primer trimestre de 2014 «tuvimos plusvalías de varias operaciones financieras» y a que, a diferencia del período comprendido entre enero y marzo de 2015, la entidad no aplicó entonces provisiones contra insolvencias hasta el segundo semestre. Por tanto, Cajamar, cuyo negocio tradicional «sigue sin cambios», prevé cerrar 2015 en parámetros similares a los de 2014.
Respecto a las pequeñas rurales valencianas, fuentes del sector apuntan que estas están sufriendo la pérdida de rentabilidad que aqueja a toda la banca por los bajos tipos. «Las grandes están logrando los beneficios en el exterior o con plusvalías extra, porque en España es difícil obtener márgenes; de ahí que se hable ya de fusiones entre las medianas», apunta esta fuente, que teme el efecto colateral de una guerra por el hipotecario o a raiz de la nueva cuenta 1,2,3 del Santander.
