El Consejo de Ministros aprobó ayer la remisión a las Cortes del proyecto de ley orgánica que permite la publicación de sentencias firmes de defraudadores fiscales y que presenta como novedad que el condenado podrá evitar esa publicidad si repara el daño causado. En la conferencia posterior al Consejo, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, destacó que el texto será enviado a las Cortes para su tramitación en paralelo con la Ley General Tributaria.

La vicepresidenta incidió en que se respetarán los derechos fundamentales del honor de los afectados y señaló que el pasado año hubo 343 procesos penales por delitos contra la Hacienda pública. Asimismo, recalcó que el anteproyecto prevé que sea el secretario judicial quien certifique las sentencias firmes para su publicación, aunque no en su totalidad, en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

La vicepresidenta explicó que el Ejecutivo ha estudiado los diferentes informes que se han emitido sobre la retroactividad de la publicación de las sentencias y el carácter penal o no de una medida de esta naturaleza, sobre la que hay distintos criterios según las instituciones. A este respecto, subrayó que el Gobierno comparte la teoría del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de que no es una pena, «igual que no lo son algunas sanciones de ámbito económico que deben publicarse y que no se consideran normas restrictivas».

Sáenz de Santamaría subrayó que el Gobierno ha optado por una retroactividad «media», que prevé que se publiquen las sentencias que sean firmes una vez que haya entrado en vigor la ley, aunque los hechos se hayan cometido antes. En este sentido, aseguró que el tiempo medio de tramitación de una sentencia desde que es registrada la denuncia por la Agencia Tributaria hasta que es firme, en 2014 y lo que ha transcurrido en 2015, ha sido de 2.331 días. La reseña del Consejo recalca que el Gobierno no busca someter al defraudador a un castigo adicional a la pena que se le pueda imponer, sino que busca mayor eficacia y transparencia en la actuación tributaria y en la lucha contra el fraude, de manera que todo ciudadano sepa que sus datos estarán a disposición del público si no cumple con Hacienda y es condenado.