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El enfrentamiento con la Generalitat

Economía se negó a firmar las cuentas de Aido de 2013 y pidió el relevo del director

El Ivace abrió un expediente de minoración de ayudas el año pasado y trató de forzar el preconcurso El instituto buscó auxilio en el Leitat catalán

Economía se negó a firmar las cuentas de Aido de 2013 y pidió el relevo del director

El conflicto entre la conselleria de Economía y la cúpula del Instituto de la Óptica y la Imagen viene de lejos. En junio del año pasado los representantes del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) en el consejo rector de Aido se negaron a firmar las cuentas de 2013 por considerar que no reflejan el estado financiero real del centro. El desencuentro se produjo en pleno enfrentamiento de muchos institutos con el departamento dirigido por Máximo Buch a cuenta de su plan para fusionar centros.

Aido, uno de los institutos con situación económica más precaria, se había revelado además como uno de los más díscolos y renuentes a aceptar los planes de la Generalitat. El presidente del consejo rector, Rafael Ros, se había convertido en uno de los empresarios ligados a Redit más críticos con las políticas de recortes a la I+D+i y la acumulación de pagos pendientes.

La cuerda se rompió en otoño del año pasado. El Ivace (antiguo Impiva), que gestiona el director general de Industria Joaquín Ríos, abrió un expediente de minoración de ayudas por importe de un millón de euros por considerar que Aido no había justificado convenientemente gastos realizados por esa cantidad sobre un convenio global de 1,7 millones correspondiente al ejercicio de 2013. Se trataba de fondos europeos de desarrollo regional (Feder) y de competitividad destinados a desarrollar proyectos de investigación cuya gestión correspondía a la Generalitat valenciana. En noviembre, el organismo público dependiente de Economía presentó una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción por esas presuntas irregularidades en la gestión de las ayudas.

La reducción del millón de euros deterioró todavía más la frágil situación financiera de Aido y provocó un desajuste importante en su contabilidad. Ríos y el Ivace cuestionaron la gestión del director Emilio Pérez y reclamaron su dimisión, algo que ni éste ni el resto del consejo rector aceptaron. El Consell también propuso que el instituto se acogiese al preconcurso de acreedores para tratar de renegociar y refinanciar su deuda con el fin de garantizar su viabilidad.

Lejos de aceptar las propuestas del Ivace, la reacción de la cúpula de Aido fue buscar un nuevo socio que le insuflase oxígeno financiero. Negoció con el instituto tecnológico catalán Leitat un acuerdo de colaboración. Aido ha evitado explicar al detalle el contenido de ese pacto pero implica una cesión de parte de la capacidad de gestión y un apoyo financiero.

El acuerdo con este centro radicado en Terrassa (Barcelona) derivó en la ruptura total con la Generalitat. El Consell temía perder capacidad de influencia y tutela sobre Aido. Los dos representantes del Ivace en el consejo rector (incluido Ríos) presentaron su dimisión alegando fuertes discrepancias con la dirección. No hizo lo mismo el secretario autonómico de Industria, José Monzonís, que ha seguido ejerciendo de representante de la Administración autonómica.

Dudas sobre Aidico

Pese a los problemas financieros, el respaldo de Leitat ha animado a Aido a aventurarse en nuevos proyectos. Ha presentado una oferta en el juzgado para quedarse varias unidades productivas del Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico), otro centro castigado económicamente y en pleno proceso de liquidación encubierta tras entrar en concurso de acreedores. La intervención policial podría obligar a Aido a dar marcha atrás en su oferta o condicionar la resolución del juez, pendiente de tomar una decisión definitiva.

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