Si hay un sector que pagaría para que se celebrasen elecciones cada mes ese es sin duda el de renovación de cartelitos con nombres de conselleries, empresas públicas y demás entidades administrativas. La redenominación de departamentos está en el ADN de cualquier cambio político, el primer gesto simbólico para dejar claro a propios y extraños que un nuevo inquilino ocupa el sillón del despacho. Esto es lo que va camino de ocurrirle al Instituto Valenciano de Competitividad (Ivace), que a estas alturas de negociación entre PSPV y Compromís puede darse casi por liquidado, licuado y reconstituido.

El empeño de Ximo Puig por constituir una Agencia Valenciana de la Innovación parece haber sido aceptado por Compromís, aunque ahora la negociación gira en torno a si debe ser adscrita a Presidencia o a la conselleria que asuma las áreas económicas. Esta nueva agencia asumirá gran parte de las competencias que ahora tiene el Ivace. El Instituto nació en octubre de 2012 como sucesor del antiguo Impiva, pero sumando, además de las políticas de competitividad y apoyo a pymes, las de la Agencia Valenciana de la Energía, el Instituto Valenciano de la Exportación y el Sepiva (gestión y promoción de suelo industrial). Estas tres últimas entidades se disolvieron dentro del proceso de reorganización y ajuste del sector público empresarial valenciano.

Ahora, la Agencia de la Innovación se quedaría con el desarollo de estas políticas, pero no con la pata de financiación a empresas, que regresaría al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). La intención del bipartito es «refundar» el IVF para transformarlo «en una entidad pública con acceso al crédito del BCE y fondos del BEI». Esta referencia a la obtención de crédito del Banco Central Europeo y la de «incentivar a través del IVF el modelo de cajas de ahorros no bancarizadas y la creación de cajas y cooperativas de crédito local» ha sido interpretada como la intención de configurar una banca pública. De hecho, el acceso al crédito del BCE requiere de ficha bancaria.

«Tesis posibilistas»

Sin embargo, pese a las promesas de Compromís y Podemos, no es esta la intención de los socialistas. Ayer, en un cruce de opiniones en Twitter con Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, Manuel Illueca, profesor de Economía Financiera y Contabilidad de la Jaume I, señalaba sobre la banca pública:«Se trata más de una cuestión de comunicación que de una cuestión de fondo. Las tesis más posibilistas se abrirán paso». La voz de Illueca hay que tener la en cuenta porque es una de las personas que ha colaborado con Ximo Puig en la configuración de la propuesta del PSPV para el nuevo IVF. De hecho, el nombre del profesor suena para dirigir el Instituto.

Ante el cierre de mercados financieros mayoristas y las limitaciones del ICO, la intención de los socialistas es que el IVF, además de realizar sus funciones clásicas, reoriente la búsqueda de recursos financieros hacia instituciones europeas como los programas de competitividad dirigidos a pymes, pero también del Fondo Social Europeo. Esto último permitiría conceder microcréditos a familias sin recursos sin necesidad de recurrir a la ficha bancaria. El PSPV quiere implicar además a las ONG en esta tarea.