Muchos de los protagonistas del auge y caída del reinado del ladrillo estuvieron presentes ayer de forma presencial o en las distintas intervenciones en el juicio por la querella de Carlos Pascual contra la familia Gallego. Hasta Antonia Magdaleno, la administradora concursal y liquidadora de Llanera, compareció como testigo. Magdaleno ha tenido un papel clave en las quiebras de algunas de las grandes quiebras inmobiliarias.

La sombra de la querellas del FROB contra los directivos del Banco de Valencia y, concretamente, por la operación de la entidad con Pascual y Fernando Polanco para los terrenos de la Reva cuando Domingo Parra era consejero delegado, también planeó en la vista pública. La defensa de los Gallego insinuó abiertamente que Pascual y Parra habían diseñado una operación especulativa con dinero del banco para obtener plusvalías por el traspaso de los terrenos. El abogado de Cuatrecasas de Fernando Gallego, Luis Jordana, aportó a la causa la querella del FROB para tratar de desacreditar al exnotario y la bondad de los motivos de su compra a Llanera. Esta aportación y la coordinación entre la defensa y el fiscal para dar marcha atrás a su petición de que Pascual y Polanco testificasen causó malestar en la acusación dirigida por Vicente Grima, que no había solicitado esa declaración por razones tácticas y ya no pudo hacerlo. El letrado intentó además en vano que el tribunal rechazase el documento del FROB.

Sin embargo, Pascual y los Gallego podrían verse de nuevo las caras en los tribunales por la causa del FROB en la Audiencia Nacional. Muy disgustado por el hecho de que el exnotario haya recurrido a la vía penal, Fernando Gallego, estudia personarse ahora como pequeño accionista del Banco de Valencia y convertirse en acusación particular contra Pascual, según fuentes cercanas a su defensa. Do ut des, a contrario sensu.