El departamento que dirige Rafael Climent es percibido como el más afín a la versión clásica del Bloc Nacionalista Valencià, aquella que podría definirse como más nacionalista que de izquierdas, por la trayectoria del propio conseller de Economía o algunos de sus cuadros, como el director general de Comercio Natxo Costa. Sin embargo, los equilibrios propios del pacto entre socialistas y Compromís, algunas elecciones del propio Climent basadas en lealtades y relaciones de confianza o las carambolas propias de la negociación han terminado por configurar un equipo muy heterogéneo con el que el propio exalcalde de Muro d'Alcoi va a tener que hilar fino para encajar las piezas.
De entrada, ha quedado claro que la conselleria se ha dividido en dos grandes áreas. La del Bloc es aquella que comprende Industria, Comercio, Sectores Productivos e Internacionalización. El PSPV se ha reservado Empleo y la Inspección de Trabajo y Bienestar Laboral. Al margen del conseller, la persona puente va a ser la ex directora general de Aerte y ahora secretaria autonómica, María José Mira, una apuesta personal del jefe del Consell Ximo Puig para encabezar la lista de Valencia a las Corts aupada como número dos de la Conselleria de Economía. El perfil independiente de Mira, virgen en los contubernios propios de las familias socialistas, puede ayudarle a ejercer ese rol moderador con menos piedras en la mochila . Sus dos compañeras por el lado socialista, Cristina Moreno y Rocío Briones proceden de la UGT, si bien la primera acumula además una larga trayectoria como parlamentaria autonómica.
A Climent ya se le atribuyen frases como «en esta conselleria, los carnets del partido se quedan en la puerta». El mejor síntoma de que el nuevo conseller no es amigo de talibanismos ideológicos ha sido el fichaje de Francisco Álvarez, exdirector general de la Bolsa de París, expresidente de la de Valencia y conocido gestor de inversiones defensor de la Economía del Bien Común, al igual que su superior. Su incorporación como director general de Economía Social, Emprendimiento y Cooperativismo introduce experiencia y prestigio y lanza un mensaje de solvencia a los sectores económicos, una dosis de benzodiacepina para las patronales, que vigilan de cerca el devenir de una conselleria de la que dependen planes de formación, líneas de ayudas a la mejora de la competitividad de las empresas o la ejecución de las estrategias de política industrial.
Tampoco es que Rafael Climent esté en disposición de tirar la casa por la ventana. Lo primero que se ha encontrado es una montaña de expedientes de ayudas sin pagar y proyectos sin verificar y unos presupuestos hipotecados por deudas anteriores. Para Industria, Climent ha confiado en Julia Company, una abogada exsocialista de Alcoi que ejercía de secretaria general de la Cámara de Comercio. La confianza y cercanía parecen haber primado en la elección que ha levantado no pocas ampollas en el PSPV alcoiano.
«Rafa ha tirado de agenda para hacer el equipo o todos en mayor o menor medida cumplimos con el perfil profesional exigido», sostiene uno de los altos cargos que acaban de ser elegidos para la Conselleria de Economía.
El perfil de Natxo Costa para Comercio encaja a la perfección con la posición de defensa de los pequeños comerciantes frente al gran comercio que Economía tiene previsto asumir sin complejos. Pero la incógnita para muchos es Mònica Cucarella en Internacionalización. El puesto era para Josep Melero, del Bloc, pero ha preferido seguir como concejal de Silla, con un ojo echado a la Diputación. Por qué su mujer ocupa el cargo al que él ha renunciado es una pregunta sin responder en la conselleria. Aunque el equipo de Climent defiende que, al menos, su curriculum era incluso mejor que el de su marido: Economista, Máster en Comercio Internacional y una larga experiencia como gerente de banca privada en la City londinense.
