El promotor de Dénia Enrique Pla se ha embarcado en una operación inmobiliaria de calado para convertir el edificio de Colón 2 de Valencia en una de las referencias comerciales y residenciales del centro de la ciudad. El empresario y su socio Juan Riera, a través de la firma Riera y Nat, se impusieron ayer en la subasta organizada por la Seguridad Social con una oferta de 14,2 millones de euros que superó en un 79 % el precio de salida de 7,9 millones y dejó con la miel en los labios el resto de competidores, que se quedaron a muy poca distancia.

En un procedimiento a mano alzada, Riera y Pla apenas ofertaron 203.000 euros más que el fondo de inversión Corpfin Capital Real Estate, una entidad con sede en Madrid en la que participan pequeños inversores patrimonialistas valencianos. Corpfin ha firmado algunas operaciones de éxito en los últimos años en Valencia, como la venta del edificio Apple a Pontegadea (Amancio Ortega) por 23,5 millones o la del Edificio Lauria. Para el inmueble de nueve plantas de Colón, el fondo se había aliado con la familia Colonques (Porcelanosa). Su mandato tope de 14 millones les dejó cerca de ganar la subasta.

La tercera puja fue la del promotor valenciano Enrique Ballester, que se plantó en 13,5 millones de euros. La familia patrimonialista Gastaldo, de Servicio y Calidad (Seryco), lideró una cuarta puja que se quedó en doce millones de euros.

Con el bajo principal como principal atractivo y nueve plantas que albergan tanto viviendas como oficinas, Enrique Pla tendrá que desembolsar además entre tres y cuatro millones más para reformar y actualizar un edificio de más setenta años que apenas ha disfrutado de inversiones en mantenimiento, según apuntaba ayer diversas fuentes del mercado. Esto sitúa la operación global por encima de 18 millones de euros sin que haya trascendido que el empresarios tenga ya apalabrado el bajo comercial con alguna gran marca que le garantice ingresos recurrentes para amortizar la adquisición. No obstante, en el sector se da por hecho que, por su emplazamiento, llegarán ofertas interesantes para ocupar el bajo en régimen de arrendamiento.

El promotor Enrique Pla, que es agente inmobiliario desde 1965, se ha cansado del bloqueo urbanístico de Dénia y busca nuevas oportunidades de negocio. Hace unos meses, el Cercle Empresarial de la Marina Alta (Cedma) le entregó un premio. Reconoció su papel como «emprendedor nato» y su capacidad para reciclarse tras el crac del ladrillo. Pla, que sigue al frente de promotoras como Euroholding (comienza a desarrollar nuevas urbanizaciones en la playa dianense de les Marines), ha invertido también en el sector de las energías renovables. Su empresa Energía Solar Aplicada (ESA) está desarrollando plantas fotovoltaicas en España, EE UU e Italia.

En unas declaraciones suyas recogidas por este diario, afirmaba que «el último boom urbanístico fue muy malo para Dénia». Criticó que vinieran «promotoras de fuera que construyeron urbanizaciones de baja calidad». El promotor se significó en la moción de censura que en 2008 desbancó a la socialista Paqui Viciano e hizo alcaldesa, con el apoyo de un tránsfuga del PSPV, a Ana Kringe, del PP.