Corporación Dermoestética está desalojando sus clínicas y ha vendido su negocio en Portugal. La empresa está vaciando los locales para evitar que el impago de los alquileres agrave el concurso de acreedores en el que está inmersa. La firma adeuda a los trescientos trabajadores los salarios desde febrero a mediados de mayo, fecha en la que fue aprobado el ERE de extinción, según informaron fuentes sindicales.
El juzgado de Instrucción número uno de Valencia, que tramita el concurso de acreedores, ha recibido la propuesta del administrador concursal para la venta de dos unidades productivas, una en Portugal y otra en Massalfassar, según confirmó a Levante-EMV el TSJ. La unidad productiva de Massalfassar es el laboratorio que la firma tenía para producir cosméticos y que ha comprado por un millón de euros la empresa jerezana Cosmewax. Fuentes de CC OO explicaron que la unidad productiva de Portugal es una clínica que le quedaba a Corporación Dermoestética y que ha adquirido un grupo de trabajadores portugueses a cambio de la deuda que la empresa valenciana mantenía con ellos. Corporación Dermoestética llegó a tener cinco clínicas en Portugal y 45 en España.
Las gestiones para la venta del laboratorio de Massalfassar y de la clínica de Portugal ya estaban muy avanzadas en febrero. Cosmewax, que está especializada en cremas de depilación, llevaba varios meses analizando los laboratorios de la empresa valenciana. Todo apunta a que el propietario de Corporación Dermoestética, José María Suescun, propició esos acercamientos pues su mujer forma parte de una adinerada familia jerezana. La empresa andaluza, que ha desarrollado una línea de productos cosméticos para el cuidado de la piel, también produce para grandes cadenas de distribución como Día, Alcampo o Carrefour.
El juzgado que tramita el concurso en Valencia autorizó en mayo la propuesta del ERE de extinción de los 300 trabajadores (200 de ellos médicos), que ha ejecutado un juez de los Social de Madrid. José María Suescun aceptó echar mano de sus recursos para desembolsar 3,8 millones de euros de indemnizaciones.
La decisión de abandonar voluntariamente los locales para no aumentar la deuda, según confirmó el TSJ de Valencia, se produce después de que la compañía haya sido desahuciada de tres clínicas en Madrid, Barcelona y Salamanca.
El concurso de acreedores ha entrado en su recta final tras el despido de todos los trabajadores y la venta de las unidades productivas. El administrador debe ahora presentar un informe al juez, detallando la situación financiera de la empresa y la relación de acreedores para decidir el orden de cobro.
Los representantes de los trabajadores ya plantearon hace dos años —tras la presentación de un ERE anterior— la necesidad de poner en marcha un plan de viabilidad que pasaba por cerrar clínicas ruinosas y concentrar los esfuerzos y la plantilla en las más rentables. Sin embargo, el plan solo se ejecutó parcialmente en la Comunitat Valenciana —donde cerraron Elx y Castelló— y la compañía siguió acumulando deudas hasta que la situación ha sido insostenible.
