La bolsa española cayó ayer el 2,44 %, la mayor bajada desde que Grecia adoptó el «corralito» financiero a finales de junio, por la decisión de las autoridades chinas de devaluar por segunda vez en dos días consecutivos el tipo de cambio de su moneda, el yuan, respecto al dólar, según fuentes consultadas y datos del mercado. Mientras la prima de riesgo subía a 136 puntos básicos, el Íbex 35 perdía 272,20 puntos, un 2,44 %, la mayor caída desde el 29 de junio pasado, hasta 10.880 puntos. En dos días el indicador se ha dejado un 3,7 %. En Europa, la decisión de China extendió las pérdidas, al contribuir a la revalorización del euro hasta 1,12 dólares. Las bajadas estuvieron encabezadas por París, con una caída del 3,4 %; Fráncfort, el 3,27 %; Milán, el 2,96 %, en tanto que Londres cedió el 1,40 %.

La nueva devaluación del yuan respecto al dólar adoptada ayer por el Banco Popular de China, el 1,62 % (el martes fue el 1,86 %) arrastraba a las bolsas internacionales en esta jornada, a pesar de que el emisor asiático haya asegurado que «está todo bajo control», algo que no convenció a los inversores.

La decisión del Banco Popular de China obedece a un intento por elevar la competitividad de la ralentizada economía del país, decisión que también supone una seria amenaza para el conjunto de la economía mundial y que ha provocado fuertes ventas durante las dos últimas sesiones en los mercado bursátiles, de divisas y materias primas. En el de divisas, la devaluación de la moneda china ha sido entendida como el inicio de una posible guerra entre los bancos centrales de todo el mundo, que podría llevar a la Fed de Estados Unidos a retrasar la subida de tipos y presionaría al BCE, que tiene como uno de sus objetivos básicos evitar una apreciación frente al dólar. Asimismo, las materias primas han acusado el hecho de que uno de los mayores consumidores del mundo haya reducido el poder adquisitivo de sus empresas y ciudadanos.