A muchos parados la crisis les ha hecho expertos en una cosa: buscar trabajo. Tanto que hoy dedican una parte de su tiempo a ayudar a los demás a hacerlo. Es el caso de los impulsores de la Asociación de Parados de Castelló, que con poco tiempo de existencia se ha convertido en un referente para muchos buscadores de empleo y también, irónicamente, para las administraciones.

Básicamente, este colectivo se dedica a localizar y filtrar ofertas de trabajo —que no sean falsas ni de empleo sumergido— para hacerlas llegar a quien pueda interesarle. Y se les da tan bien que, un día, en la oficina del Servef de Castelló, uno de sus promotores se encontró con el boletín que semanalmente publican en internet con ofertas de la C. Valenciana. «Es triste», reconoce Arturo Navarro, uno de los miembros de la asociación.

El de este grupo de Castelló es un caso, tal vez avanzado, pero solo un caso más entre varios en toda España. Actualmente, hay medio centenar de asociaciones de parados que, con mayor o menor infraestructura, tratan de ayudar y, también, cubrir las carencias de las administraciones públicas como mediadoras en la búsqueda de empleo para los más de cuatro millones de desempleados. «Es un desastre. Al Servef le doy un cero. A nivel general no existe comunicación entre las administraciones. La Generalitat, las diputaciones, los ayuntamientos quieren hacer cosas pero van por libre», explica Navarro.

Las críticas son generalizadas, hasta el punto de que algunas voces ya hablan de organizar a nivel estatal a todas estas entidades para cubrir las carencias de los organismos públicos. Critican la excesiva burocracia, largas esperas y entrevistas recurrentes, de confusión en la información requerida... En definitiva, un aparato público que apenas se limita a atender a los que se apuntan como demandantes de empleo y a gestionar los pagos de que quienes tienen derecho a prestación. Según el portal El Confidencial Digital, apenas un 2% de los contratos tienen a las oficinas de empleo público como intermediarios.

A Arturo Navarro la crisis del textil de Castelló le dejó en el paro cerca de los 50 años tras tres décadas dedicado a la logística en la fábrica. «Nos sentimos abandonados», apunta el impulsor de la asociación, quien, junto a sus dos compañeros, pensó en compartir todas las ofertas con que se iba encontrando. Desde diciembre, a través de la web paradosdecastellon.org, estos tres activistas de la búsqueda de empleo publican ofertas «creíbles» de trabajo. «No como los portales que solo quieren tus datos para freírte a publicidad de cursos de formación», critica.

Convenio de colaboración

Además del trabajo de rastreo, la plataforma está realizando cursos de formación para asesorar en la búsqueda de empleo. También facilitan on line listados de empresas por sector, así como su preciado boletín de ofertas actualizadas.

En pocos meses se han convertido en un referente. Su web tiene entre 300 y 400 visitas diarias y en redes sociales interactúan con 32.000 personas por semana. Pero no sólo han llamado la atención de los parados. De alguna forma, están haciendo de técnicos de promoción laboral para las administraciones. No en balde, han alcanzando acuerdos con ayuntamientos como el de Castelló para intercambiar información y realizar cursos para ayudar a los desempleados.