El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, dijo ayer que espera que las entidades bancarias escuchen la recomendación de la institución contra las dobles comisiones por sacar dinero en cajeros, pero ha advertido de que en caso contrario actuará dentro de sus competencias. Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso, Linde recordó que el Banco de España ya indicó que por un servicio no se pueden cobrar dos comisiones y que por ello se dirigió a las entidades para que tuvieran en cuenta esta recomendación.

En un comunicado del 31 de julio, la institución afirmó que «la retirada de efectivo en un cajero automático constituye un único servicio de pago, con independencia de que se realice en un cajero propiedad de la entidad emisora de la tarjeta bancaria, o de otra entidad».

Linde confía en que los bancos actúen en consecuencia, pero afirmó que si no fuera así el Banco de España tomará medidas «como estime oportuno» dentro de sus competencias y responsabilidades, ya que, según dijo, la institución no es un «tribunal de justicia» sino «un supervisor bancario». Hace unos meses, CaixaBank empezó a cobrar una comisión de dos euros en los cajeros para los no clientes, una estrategia a la que se sumaron en los últimos días de julio BBVA y Santander, mientras que otras entidades como Banco Sabadell dijeron que lo estudiarán.

El paro, por debajo del 20 % en 2016

Linde también explicó que cree que la tasa de paro podría reducirse hasta el entorno del 20% a finales de 2016 si se mantiene la evolución de los últimos 18 meses. «De mantenerse la dinámica observada durante el último año y medio, el incremento del empleo podría situar la tasa de paro en el entorno del 20% en el cuarto trimestre de 2016», señaló. Según las previsiones del Gobierno, la cifra de desempleo debería quedar en el 19,7% cuando concluya el próximo ejercicio.

El gobernador opinó también que no ve «imposible» que en los próximos años se puedan producir «movimientos corporativos» en el sistema financiero, debido a que las entidades, tanto españolas como europeas, tienen un problema de rentabilidad.