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Comercio exterior

China alerta al sector exportador valenciano

China alerta al sector exportador valenciano

La sacudida a los mercados mundiales que está provocando la desaceleración de la economía de China „la segunda mayor del mundo tras Estados Unidos„ pone en riesgo una parte del negocio exportador de más de 200 empresas valencianas; sobre todo de productos manufacturados vinculados al sector cerámico, mármol, lámparas, así como de vinos, cavas y aceites. En juego están alrededor de 450 millones de euros anuales, según la dirección territorial de Comercio Exterior (ICEX), si bien las perspectivas para el largo plazo, según algunos patronos, son optimistas. Los sentimientos parecen haberse tranquilizado tras las señales que emanan de Estados Unidos y el recorte de tipos de interés que el esta semana aprobó el banco central chino, aunque persiste el nerviosismo por la pérdida de valor del yuan (con lo que encarece sus importaciones), así como por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

La firma valenciana Copenlamp, ubicada en Riba-roja, ha obtenido recientemente la certificación del Gobierno asiático para poder exportar sus lámparas. Y no piensa arrojar la toalla. Es una de las escasas mercantiles del sector en España que vende lámparas al lejano país. Según su director general, Antonio Mercé, «a las empresas que exportan productos de valor añadido apenas afecta la desaceleración de China». Hace una década decidió orientar el diseño y la comercialización. Así, ya ha colocado 3.000 lámparas en estos dos años, y piensa crecer más, explica Mercé.

Copenlamp, especializada en la fabricación de lámparas clásicas y artesanas, exporta el 92% de sus productos a unos 40 países. En 2013 decidió embarcarse en el mercado chino por ser el segundo en el mundo donde hay más millonarios. Sus principales clientes proceden de proyectos privados, hoteles y residencias.

Desplome de la vivienda

También la industria auxiliar del azulejo tiene su nicho de mercado en el Lejano Oriente. Kerajet exporta equipos de impresión digital en la provincia china de Fujian y el área de Guangzhou, uno de los grandes puertos comerciales del sudeste asiático y que forma parte de la Ruta de la Seda. «La devaluación del yuan y la crisis bursátil, pero sobre todo la burbuja inmobiliaria, pueden reducir las exportaciones de las empresas de la Comunitat Valenciana a China», reconoce la dirección de Kerajet. En China, la firma castellonense que empezó en un garaje de Vila-real y ahora ocupa una moderna factoría en Almassora (inaugurada en 2011), es la empresa extranjera con mayor número de máquinas de impresión vendidas. Tiene un centro de ensamblaje para los equipos que envía desde España.

La mercantil, desde sus orígenes, apostó por el mercado exterior (China, Brasil, Portugal, Italia y México). Supera los 60 millones de facturación anual y el gran país asiático acapara entre el 15 % y el 20 % de la cifra de negocio exportador de Kerajet. «Las inversiones en material de construcción han caído porque está disminuyendo la actividad de la vivienda y las empresas cerámicas chinas registran sobrecapacidad», advierte la empresa que dirige José Vicente Tomás. A ello contribuye la nueva regulación sobre créditos hipotecarios impuesta por el Gobierno chino. Por eso ha caído la inversión crediticia de los bancos en el sector inmobiliario.

«En 2014 no fueron mal del todo las ventas aunque este año puede ser una incógnita a la vista de la ralentización económica del país», aseguran fuentes de Kerajet. Esta mercantil participó el pasado mes de mayo en la Feria de Cantón. «Entonces se vislumbraba la recuperación del país aunque todavía no se habían producido las devaluaciones del yuan. En cualquier caso „añaden las mismas fuentes„ es probable que vuelva la estabilidad de su moneda y en sus tipos de interés y, por tanto, que se restablezca la situación».

Impulso de las clases medias

El sector alimentario es otro de los presentes en China. La firma de la Vila Joiosa Chocolates Valor define el mercado de China como una de «las apuestas a futuro» gracias a su potencial de crecimiento, pues el consumo per cápita aún es muy bajo comparado con el de otros países occidentales. Según el responsable de exportación de Chocolates Valor, Gonzalo Sánchez, «no cabe duda de que en los últimos años China ha crecido a unos ritmos muy superiores a las economías occidentales favorecida por varios factores, entre los que se encuentra la capacidad exportadora de su tejido productivo industrial». Por otro lado, ha influido la mayor demanda interna empujada por el creciente poder adquisitivo de la incipiente clase media y la importante inversión de las multinacionales que han convertido al país en un motor productivo del mundo».

En su opinión, «no hay motivo para alarma y las autoridades chinas han mostrado que son capaces de tomar medidas cuando hace falta para corregir el rumbo. Se están viendo signos de una leve ralentización, pero aún así los pronósticos ratifican un crecimiento entorno al 7 %, una cifra que a nosotros nos puede parecer importante pero que para el gigante chino puede parecer algo débil comparado con anteriores ejercicios», agrega.

Un regalo por el año nuevo

La situación de China afectará de forma más negativa a aquéllos chocolates importados de posicionamiento medio y bajo favoreciendo a fabricantes locales y a multinacionales que fabrican allí. En el caso de Valor la devaluación del yuan supondrá una subida indirecta del precio de venta al púbico, pero al tener un posicionamiento en la gama alta , explica Sánchez. Y, es que, «el chocolate sigue siendo uno de los productos preferidos para regalar a familiares y amigos durante las celebraciones del año nuevo chino», puntualiza el directivo de la mercantil.

Chocolates Valor, que supera los 90 millones de euros de facturación actual, produce unas 16.000 toneladas de chocolate al año y vende en sesenta países.

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