El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, anunció ayer que el banco público valenciano y la Agencia de la Innovación jugarán un papel fundamental en el cambio de modelo productivo que quiere impulsar la Generalitat Valenciana. Soler advirtió de que las empresas valencianas contarán con el apoyo del Consell para que desarrollen estrategias que les ayuden a incrementar su productividad e innovación para que ofrezcan productos con valor añadido. El conseller de Hacienda, que presentó sus propuestas en la Fundación Universidad-Empresa de la Universitat de València (Adeit), incidió en que «es necesario el cambio del modelo productivo para que la economía vuelva a crecer».

Vicent Soler subrayó que el modelo productivo tradicional valenciano ha tenido éxito, pero «está agotado porque la geografía económica del mundo ha cambiado. El cambio se debe fundamentar en otras estrategias competitivas. Hasta ahora era con la especialización en actividades intensivas con trabajo barato, pero ya no se puede competir con Asia ni con Europa del Este. Por eso hay que apostar por estrategias basadas en la innovación, el incremento de la productividad» y la internacionalización. El responsable de Hacienda añadió que el nuevo modelo se tiene que basar en salarios más altos, que ayudarán a incrementar la demanda interna.

El conseller insistió en que el cambio depende de las empresas, que contarán con el apoyo de la Generalitat Valenciana. «El sector público debe estar presente. El tejido productivo valenciano está formado por microempresas y muchos de estos cambios no se pueden acometer desde la individualidad. Es necesario invertir en capital humano y en capacidad para innovar, y la complicidad de los poderes públicos es esencial». «La educación y la sanidad tienen un papel estratégico desde el punto de vista social y productivo. Ningún talento puede perderse por no apoyar a la escuela pública», añadió.

Vicent Soler subrayó que también debe mejorar la gestión de los servicios públicos con la introducción de programas de formación continua para los funcionarios, la evaluación sistemática de las políticas públicas, la introducción de nuevos mecanismos de competencia entre proveedores y la lucha contra la corrupción.

El responsable de Hacienda y Modelo Económico detalló los cuatro desequilibrios básicos de la economía valenciana y española: la debilidad del mercado de trabajo, una balanza comercial negativa, el apalancamiento público y privado de la economía que se ha convertido en un problema de deuda pública, y un diferencial de inflación de carácter estructural que afecta a la competitividad.

Según denunció, la renta per cápita valenciana en 2014 era «claramente inferior» a la media española (88,1%) cuando «en los noventa era igual a la media, el paro alcanza el 23%, medio punto más que la media nacional en el segundo trimestre de 2015 y la deuda, 40.085 millones de euros, supera ya el 40% del PIB cuando en1995 era del 6,5%». El conseller cerró su diagnóstico apuntando que «la gravedad de la situación valenciana tiene ingredientes estructurales, pero también otros derivados de las políticas económicas» pasadas por «la falta de interés real» del anterior Consell del PP de promover un modelo de crecimiento alternativo.