Alicante y Castelló también tenían residencias de tiempo libre, pero ya han cerrado. Este tipo de residencias se impulsaron durante la dictadura de Franco y estaban vinculadas al Ministerio de Trabajo.
El régimen las ponía a disposición de los militares y funcionarios con sueldos bajos. Tras la cesión de las competencias, la Generalitat Valenciana asumió su gestión y el gobierno socialista de Joan Lerma impulsó la construcción del establecimiento del Puig para que las tres provincias ofrecieran este tipo de servicios. Según fuentes de la Generalitat Valenciana, en la residencia de El Puig los sindicatos tienen una serie de plazas reservadas. Además, hay turnos subvencionados desde el 1 de julio al 11 de septiembre y la Conselleria de Economía fija los precios.
La conselleria va a examinar a fondo toda la documentación que le remita la empresa para comprobar si se puede revertir la concesión. El problema de fondo es que los contratos «formalmente parece que legalmente están bien».Las fuentes consultadas consideran «lamentable» la situación porque el edificio «es patrimonio de la Generalitat Valenciana que está siendo explotado comercialmente por una empresa privada sin que le reporte ningún beneficio económico a la Administración». El hotel dispone de 106 habitaciones.
La Conselleria de Economía, Hacienda y Empleo sacó a licitación la concesión por un plazo de 25 años el 7 de julio de 2009 y se la adjudicó a la empresa Val-Hotel S. L. La firma ganó el primer concurso en 1998, durante la etapa de Eduardo Zaplana al frente del Consell.