Dos representantes de Ikea que se iban a reunir con el tripartito que dirige el ayuntamiento de Alicante sobre la posible apertura de una tienda en la ciudad se levantaron ayer de sus sillas antes de comenzar el encuentro, al comprobar que se había avisado a los fotógrafos de prensa. La multinacional, ante la indignación de los responsables municipales, señaló que hubo un «malentendido» al entender que la reunión se iba a celebrar en «terminos distintos». R. efe alicante