La Unión Europea (UE) sabe desde hace años que las emisiones contaminantes de los coches a la atmósfera son mayores que las que muestran las pruebas a los vehículos en los laboratorios, pero no ha detectado indicios de fraude, reconocieroon ayer fuentes comunitarias. La Comisión Europea (CE) es consciente desde 2010 de que existen diferencias entre los resultados que arrojan las pruebas que actualmente se realizan en laboratorios para medir las emisiones de cada modelo no solo en el caso de Volkswagen, sino de todo tipo de marcas, aseguraron esas fuentes.

Esta diferencia no es un secreto para el sector ni para las organizaciones medioambientales, que llevan años pidiendo controles más exhaustivos. La Comisión trabaja desde 2011 para cambiar los análisis en laboratorio por pruebas de conducción real por las evidencias de que las condiciones de circulación hacen que las emisiones aumentaran respecto a los asépticos controles de laboratorio, según esas fuentes.

En mayo se aprobó un primer paquete legislativo para introducir estos controles de conducción real, pero aún falta que se dé luz verde a un segundo paquete que marcará los límites que los vehículos no pueden exceder, que las fuentes esperaron que esté adoptado para finales de año.

En la práctica, esto supone que, a nivel de supervisión de las emisiones, estos test entrarán en vigor el 1 de enero, pero los nuevos límites no se esperan hasta otoño de 2017, parcialmente, y para todos los vehículos nuevos en otoño de 2018.

Tras el estallido del escándalo de Volkswagen, que reconoció haber trucado once millones de coches para eludir los controles de emisiones contaminantes, el Ejecutivo comunitario ha «animado» a todos los estados miembros a que inicien investigaciones,ya que son los encargados en Europa de llevar a cabo los exámenes de emisiones de los vehículos y de dar a los coches el visto bueno. Por el momento, Francia, Italia y Alemania han iniciado ya investigaciones al respecto, sobre las que se espera que puedan dar cuenta el próximo 6 de octubre, en la reunión de un grupo técnico que aúna a las autoridades competentes de todos los estados miembros y a representantes europeos.

Alemania, país de origen de Volkswagen, anunció ayer que en su país hay unos 2,8 millones de vehículos afectados y cinco millones de su marca principal en todo el mundo. Estos modelos son el Golf de la sexta generación, el Passat de la séptima generación y la primera generación del Tiguan, según Volkswagen.

Además, la firma ha ha recomendado la «suspensión inmediata» de varios de sus empleados, a raíz de la información recopilada.

«La conducta ilegal de los ingenieros y técnicos envueltos en el desarrollo de motores sorprendió tanto a Volkswagen como al público», añadieron desde la empresa.En España, el Gobierno ha condicionado la adopción de medidas a que se conozcan «todas» las circunstancias que han llevado al grupo automovilístico alemán a engañar en las emisiones de buena parte de sus motores diésel en todo el mundo.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que están teniendo contactos «al máximo nivel» con la CE y el Grupo Volkswagen, que ha garantizado el empleo y las inversiones de 4.200 millones de euros anunciados en las plantas de Seat en Martorell y de Volkswagen en Landaben.