La creciente competencia entre los bancos en la concesión de hipotecas, el regreso, aunque de forma muy cauta, de algunas entidades a la promoción inmobiliaria o la mejora en las estadísticas de transacciones o del precio de la vivienda han despertado en los últimos meses el temor a que se esté larvando una burbuja inmobiliaria como la que se gestó tras el cambio de siglo y que estuvo en el epicentro de la actual crisis, de la que el país empieza a recuperarse tras ocho años de penurias. Es un temor sin fundamento, al menos por ahora, tal como afirman el valenciano Santiago Carbó y Francisco Rodríguez en un informe sobre «El sector inmobiliario español: ¿recuperación o estabilización?» publicado ayer por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) en sus Cuadernos de Información Económica.
Los autores no creen que se estén «repitiendo los errores del pasado que desembocaron en la burbuja inmobiliaria». Incluso consideran «complicado hablar de recuperación inmobiliaria, porque lo que se está produciendo es, en todo caso, una estabilización». Ambos argumentan en primer lugar que una deseable economía diversificada «no implica que la construcción no tenga que tener un papel» en la misma, «alejado del que se observó en los años de la burbuja inmobiliaria, pero sin duda mayor que el de los últimos años». Asimismo, se apoyan en informes del Fondo Monetario Internacional y del Banco de España que sugieren »un escenario de mejora pero moderada y algo discontinua» en el sector inmobiliario.
Así, las actividades de la construcción registraron una variación trimestral del PIB entre enero y marzo de 2015 del 1,6 %, frente al descenso de nueve décimas de un año antes. El empleo también ha experimentado una evolución favorable, concretamente de siete décimas en el segundo trimestre del ejercicio.
Como indica el informe, el precio de la vivienda es considerado un indicador clave para calibrar la evolución del sector. Pese a la variedad de estadísticas existente en España, los expertos de Funcas destacan los datos del Ministerio de Fomento, que «indican que la mayor parte del ajuste de precios puede haberse realizado, con una caída acumulada del 30,1 % desde el pico alcanzado en el primer trimestre de 2008, pero no hay evidencias de un repunte ni significativo ni sostenido». Así, este departamento gubernamental establece que el precio de los pisos cayó el 0,1 % en el primer trimestre, mientras que el Colegio de Registradores, en línea con el INE, habla de un incremento del 5,1 % interanual en el segundo trimestre de 2015.
Hipotecas
Paralelamente, «el número de hipotecas sobre viviendas, el crecimiento del nuevo crédito o las transacciones de venta muestran crecimientos que se explican no tanto por sus valores sino por las bajas cifras de partida, muy lejos del volumen de operaciones que se realizaron cuando el mercado estaba en plena efervescencia». Un dato ilustrativo al respecto procede del nuevo crédito para vivienda. Si se compara el dato de julio de 2015 (4.227 millones) con el del mismo mes de 2014 (2.467 millones), el incremento es del 71,3 %, pero en realidad se trata de «cifras relativamente modestas» en comparación con 2005 y 2006, cuando el crédito mensual oscilaba entre los 13.000 y los 17.000 millones.
Por tanto y a modo de conclusión, Carbó y Rodríguez afirman que el mercado inmobiliario «ha entrado en una fase de estabilización y apunta hacia una contribución mayor de la construcción al crecimiento económico, más moderada que en los años anteriores a la crisis, pero más acorde con su participación en la estructura productiva de España».
