Problemas con un proveedor estadounidense han obligado a la factoría Ford de Almussafes a tener que ralentizar la producción diaria de vehículos, concretamente en los modelos monovolumen S-Max y Galaxy. La incidencia afectará de lleno a más de un centenar de empleados con contratos temporales que vencen a lo largo de este mes. De hecho, ya hay 40 trabajadores a los que la empresa ha comunicado que no renovarán, según advirtió ayer Carlos Faubel, presidente del comité de empresa y responsable de la sección sindical de UGT. Faubel señaló que si la matriz americana no encuentra una solución en el medio plazo hay 250 contratos que finalizan en octubre y corren riesgo de no ser renovados.

Los planes de la planta valenciana de Ford eran elevar hasta unos 2.040 coches diarios la capacidad de producción, que antes de verano se situaba en unos 1.850 vehículos. Sin embargo, estas previsiones se han ido al traste por los problemas de abastecimiento de uno de los proveedores estadounidenses de Ford que fabricaba una pieza que se monta en los ejes de los monovolúmenes. «Sin esa pieza no se pueden montar los ejes. Para la demanda de suministro que tenemos no hay suficiente y por eso se baja el número de coches que estaba previsto fabricar», dice Faubel.

El dirigente sindical mostró su pesar porque, según dijo, no cree que vaya a haber una solución de hoy para mañana. El origen del problema está en un proveedor global y la falta de suministro afecta a plantas de todo el mundo. La solución, por tanto, no depende los gestores de la planta valenciana, sino de la matriz americana. «Ha sido un problema imprevisto que complica la situación», dijo Faubel. La sección sindical de UGT calificó la problemática de «preocupante e inestable» y añade que, en el caso de seguir afectando a la producción durante los próximos meses, «la mejor solución posible» deberá pasar por la utilización de los días de jornada industrial-vacaciones que aún permite el actual convenio. UGT también recordó a la dirección que los problemas de suministro no deben afectar al «compromiso alcanzado con UGT en la Comisión Observatorio para el Empleo en cuanto a fijeza de los compañeros que se incorporaron en 2013 y 2014, que no deben verse afectados».

No es la primera vez desde después de verano que aparece problemas con la producción. El pasado mes de septiembre la cadena tuvo que pararse durante algo más de doce horas por una carencia de suministro de muelles para las suspensiones de los modelos Kuga, Mondeo y C-Max. En este caso la responsabilidad de a incidencia, ya solventada, fue de Nules Ibérica, y generó malestar entre la plantilla porque derivó en un incremento de turnos durante un fin de semana.

Pese a la incidencia de estos días, el director de la planta de Almussafes, Dionisio Campos, se congratuló ayer del ritmo de trabajo de la compañía, con una media de fabricación de 1.900 coches diarios, lo que permitirá cerrar el año con 400.000 vehículos. Campos confirmó que se han llegado a producir «hasta 2.000 coches» por día en este mismo año.

En su primer acto público como nuevo dirigente de la factoría valenciana, Campos desveló que desde 2013 la producción ha crecido en un 40%, y que de los 5.000 trabajadores con los que se contaba ese año se ha aumentado el número «hasta los 8.300».

«La planta de Almussafes es una apuesta muy grande por parte de Ford a nivel mundial», declaró el sustituto de Antonio Adés, para añadir seguidamente que la fábrica valenciana «ha sido la gran beneficiada de la reestructuración europea» de la compañía de automoción.

Campos sostuvo que en Ford «todo el mundo» está pendiente de lo que se hace en Valencia porque es «una parte muy importante de la compañía», y que la «excelente relación» que tienen tanto la dirección como la representación social hacen posible «que seamos capaces de analizar cualquier situación y encontrar la mejor solución para todos». El director de la planta de Almussafes ha explicado que desde 2011 se han invertido 2.300 millones de euros en la factoría.