El presidente del Grupo Volkswagen (VW) en Estados Unidos, Michael Horn, reconoció ayer que la mayoría de los vehículos trucados para ocultar sus emisiones no serán arreglados hasta 2017. A preguntas de congresistas de la Cámara de Representantes de EE UU sobre cuándo VW arreglará los casi 500.000 vehículos trucados en ese país, Horn admitió que, en la mayoría de los casos, la compañía todavía no sabe cuándo lo podrá hacer, pero que estima que llevará «más de un año, definitivamente». Horn se enfrentó a un aluvión de críticas y admitió que la compañía quiso engañar a las autoridades de EE UU con el trucaje. El Congreso estadounidense llegó a pedir penas de cárcel para los responsables.

Por otro lado, la fiscalía alemana ordenó ayer registros en varias sedes de Volkswagen, entre ellas la central en Wolfsburgo, y en domicilios de trabajadores del grupo para recabar información que permita identificar a las personas implicadas en el trucaje de los motores diésel. La fiscalía se incautó de documentación y soportes informáticos.