La defunción masiva de fábricas de muebles y carpinterías valencianas durante la crisis se ha convertido en un foco de atracción para firmas de todo el mundo interesadas en comprar la maquinaria con que esas mercantiles realizaron su producción hasta que un concurso de acreedores o la jubilación pusieron el punto y final a su trayectoria. La compañía especializada en maquinaria y robótica industrial Hurtado Rivas ha encontrado un nicho de negocio en este ámbito, tal como explicó ayer a este diario su copropietario, Alberto Hurtado, tras la última operación formalizada por la compañía.
En este caso, se ha tratado de una firma del mueble de Callosa de Segura que ha cerrado por jubilación del dueño. Hurtado le compró toda la maquinaria y la ha revendido por medio millón de euros, incluidos el transporte, la instalación y la formación para su uso, a una empresa de Casablanca denominada Decora. Esta firma marroquí está especializada en cocinas y baños pero le faltaba la fabricación de puertas para completar su catálogo de productos.
El también responsable del departamento de maquinaria para la madera de Hurtado Rivas explicó que, antes de que se iniciara la crisis en 2008, el 90 % de las ventas de la compañía correspondía a maquinaria nueva y el resto, a usada. Ahora que ha llegado la recuperación la ecuación se ha invertido, debido fundamentalmente a la quiebra de muchos de los clientes a los que la empresa vendió sus productos durante los años de expansión económica. «Nos surgen clientes en todo el mundo, que vienen por un efecto llamada al conocerse la abundancia de maquinaria de segunda mano» que hay en Valencia, donde Alberto Hurtado calcula que puede haber cerrado sus puertas el 70 % de las firmas del mueble.
En estos años, Hurtado Rivas ha adquirido el contenido de unas 20 fábricas y carpinterías valencianas, da las cuales seis las ha vendido en bloque a otras empresas, como ha sucedido con la de Callosa de Segura. En el resto de los casos, las ventas se han hecho por unidades. La maquinaria de una planta de Paterna „Villa Garmelo„ fue colocada íntegramente en Pakistán este año. Otra empresa que producía mueble de cocina y que estaba en la localidad alicantina de Pinós „Arístides„ la vendió Hurtado en Argelia. Recientemente, la compañía ha adquirido en Picassent la firma Feymesa. De ella, cuatro máquinas las ha vendido en Italia y una quinta en Moixent.
Alberto Hurtado explicó que, en vista del declive que experimentaban sus tradicionales clientes del mueble valenciano, la empresa inició en 2003 un proceso de diversificación hacia la robótica para diferentes sectores, que ahora representa la mitad de su negocio.
