El 41% de los contribuyentes del año 2012 presentó bases imponibles no superiores a 12.000 euros, con lo que no alcanzaba el nivel de 'mileurista', lo que supone un porcentaje superior al 39,4% de un año antes. Además, hasta un 18 ,8% se encontraban en una horquilla de entre 12.000 y 18.000 euros, con una base media de 14.851 euros.

Así lo refleja la Memoria de la Administración Tributaria 2013, en la que se ofrecen datos correspondientes a la declaración de la renta del ejercicio 2012.

Según este informe, el 35,5% de los contribuyentes contaba con una base imponible entre los 18.000 y los 51.000 euros, mientras que hasta los 600.000 euros se concentra otro 4,7% de los contribuyentes.

El documento explica que para la mayor parte de los contribuyentes, el importe global de las rentas obtenidas en el ejercicio es equivalente a la cuantía total de la base imponible, y que sólo se producen diferencias en saldos negativos en los rendimientos de capital mobiliario a integrar en la base imponible del ahorro.

Por otro lado, el peso relativo de las declaraciones con rendimientos del trabajo sobre el total de declaraciones presentadas en 2012 fue del 85,3%, ocho décimas porcentuales menos que en 2011 (86,1%), de modo que continuó la tendencia decreciente iniciada en 2009, que interrumpió una senda creciente que se había observado en los años precedentes, a excepción de 2007.