Pendientes de los litigios judiciales en la zona de actividades logísticas (ZAL) , Martínez desea un «apoyo de toda la sociedad y las fuerzas políticas». No tuvo reparos en reconocer la «envidia sana» del apoyo unánime que este proyecto tuvo en Barcelona. Mientras la ZAL catalana tiene 130 empresas y ocupa a 5.000 trabajadores, la de Valencia está paralizada a expensas de una sentencia judicial. Aseguró que lo mejor es «diálogo y consenso» con al Ayuntamiento tras las reticencias que muestra el alcalde Joan Ribó sobre los usos de la ZAL. j. l. z. valencia