Pese a las críticas de la patronal alicantina, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) está haciendo gestiones para que algún organismo de la administración se quede con el edificio que alberga el centro de oficios de Coepa, cuya deuda ha obligado a esta a pedir el preconcurso de acreedores después del embargo solicitado por el IVF al juez. Además de a la Conselleria de Educación, el instituto, al igual que hizo, sin éxito, durante la etapa del PP en la Generalitat, ha ofrecido el inmueble al Servef, según las fuentes de la Conselleria de Hacienda consultadas por este diario.
No obstante, fuentes de la administración autonómica aseguraron ayer que de nuevo van a tener que rechazar esta propuesta, dado que en estos momentos dispone de centros solo ocupados al 50 % de su superficie y, en consecuencia, va a optar por optimizar sus recursos antes que por asumir otros ajenos. Coepa se ha dirigido al Servef para invitarle a visitar el edificio, una circunstancia que todavía no se ha producido.
Paralelamente, las negociaciones entre el IVF y la patronal alicantina se están viendo condicionadas por un factor añadido a la deuda que esta última tiene con la Generalitat por el citado crédito y que alcanza ya los 3,9 millones. Y es que si el instituto, como le pide la Coepa y quiere evitar a toda costa, se quedara en dación en pago con el inmueble, probablemente tendría que devolver cerca de dos millones que la organización empresarial recibió de la Unión Europea para que el edificio se dedicara a prestar formación.
Fuentes empresariales valencianas aseguran que la única salida que tiene Coepa para evitar la liquidación es hacer lo que la provincial de Valencia CEV hizo para afrontar los costes por irregularidades en los cursos de formación: pedir una derrama extraordinaria a sus asociados y solicitar un crédito bancario para saldar la deuda.
