Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina. Los partidos políticos que concurren a ellas deben detallar cuál es su propuesta concreta para solucionar el gran problema de la sociedad valenciana: la infrafinanciación autonómica. Y los ciudadanos deberán tenerlo en cuenta cuando vayan a votar el 20 de diciembre. Este fue uno de los principales mensajes que ayer trasladó el presidente de la patronal autonómica Cierval y de Feria Valencia, José Vicente González, en la conferencia que pronunció en el ciclo de actividades sobre Economía valenciana: desafíos y oportunidades en el Club Mercantil Diario Levante.

El también vicepresidente de la patronal española CEOE aseguró que, «ahora que vienen elecciones, pediría a todos los partidos que digan cómo van a solucionar el problema de la infrafinanciación, cuál es su propuesta y cuándo se comprometen a hacerla realidad». «El que no hable con claridad, y me temo que no habrá mucha claridad», que los ciudadanos «tomen buena nota de ello» a la hora de votar, puntualizó. En su opinión, las dificultades que atraviesa la autonomía por un modelo de financiación insuficiente «hay que explicárselas al ciudadano» para «que vea cómo le afectan en su vida diaria». A modo de ejemplo, apuntó que la Comunitat Valenciana, como sucede en Extremadura, podría tener una tablet por alumno en los colegios o no tendría las actuales colas hospitalarias. También precisó que los planes industriales que se pretendan hacer no tendrán ninguna utilidad «sin dinero».

Durante su conferencia, González reiteró su conocida tesis de que «hemos salido de la recesión pero no de la crisis», fundamentalmente porque se mantienen los elevados niveles de desempleo. Sin embargo, la evolución de la economía ha entrado en una dinámica alcista, como ponen de relieve varios datos: el PIB cerrará el año por encima del 3,4 %, se crea empleo de una forma más rápida que en el resto de España, hasta el punto de que en 2015 se han generado ya 27.600 puestos de trabajo; las exportaciones van como un tiro, al igual que el sector turístico; las empresas supervivientes están más fuertes, tanto financiera como tecnológicamente; «el mercado interior ha salido de su letargo» y «el viento sopla a favor» con el bajo precio del petróleo, los tipos casi a cero y el mejor acceso al crédito.

Toda esta ristra de buenas nuevas es lo que González calificó de luces. Pero también citó sombras, como la disminución en 2016 del ritmo de crecimiento, el aún elevado paro, la ralentización de los países emergentes y su influencia negativa en las exportaciones valencianas, el tamaño reducido de las empresas y, entre otras, la ya citada de la infrafinanciación. Todo ello bajo el paraguas de un problema casi endémico: la escasa productividad, tan baja que está un 25 % por debajo de la del País Vasco. Este problema, que incide en un salario medio „22.698 euros„ alejado un 16 % del de Euskadi, se traduce en «un peor nivel de vida de los valencianos, menores excedentes para la inversión y menores márgenes para las empresas», tres hechos que «lastran nuestra capacidad de crecimiento sostenible».

Acto seguido, el presidente de Cierval entró de lleno en las soluciones para paliar el déficit en productividad. Innovación, digitalización de las empresas, aumento del tamaño de las mercantiles y formación son las cuatro vías que citó. González abogó por aplicar la innovación en un sentido muy amplio, es decir, en los procesos, la gestión y los mercados. Defendió la búsqueda de aplicaciones nuevas para los mismos productos con ligeras modificaciones y por la puesta en valor de las marcas. Asimismo, aseguró que «hay una fuente de innovación que es infalible y barata: escuchar a nuestros clientes y trabajadores».

El dirigente patronal aseguró que «el mundo camina hacia el aprovechamiento integral» de las tecnologías de la información en la empresas y que hacer un uso inteligente de las mismas «nos permite ampliar nuestra base de clientes» o reducir los stocks y liberar tesorería, entre otras ventajas.

El máximo representante de los empresarios valencianos insistió en reclamar la recuperación del peso relativo de la industria en el PIB valenciano. Se trata de que equivalga al 20 %. Ahora está en el 17,12 %, con un crecimiento de dos puntos en el último año, mientras que en Alemania representa el 30 % y en la UE, el 19,5 %. Las razones de que el sector secundario gane peso son varias, entre ellas que la industria es responsable de la mayoría de la inversión en i+D+i y de las exportaciones. En su opinión, el nuevo modelo productivo valenciano debe orientarse en tres ejes: todo lo relacionado con la calidad de vida (sectores agroalimentarios, turismo en general y turismo sanitario en particular „«podríamos ser el Houston europeo»„), con la fabricación de productos innovadores en actividades tradicionales como el calzado o el textil y mediante la introducción de procesos avanzados de fabricación en todos los sectores.

Además de promover una cultura de inversiones particulares en startups y otras fórmulas parecidas y favorecer entre empresas consolidadas la conveniencia de absorber en sus organizaciones pequeñas empresas de alta tecnología, González insistió en la necesidad imperiosa de que las empresas valencianas ganen tamaño, porque hay actividades internas que precisan músculo, como la I+D o la penetración en nuevos mercados. Para lograrlo, reclamó a las administraciones facilidades fiscales y la refundación de los institutos tecnológicos.

En cuanto a la formación, incidió de manera especial en prestigiar la FP y adaptarla al mercado laboral. La formación continua hay que dejarla en manos de quienes la pagan, es decir, empresarios y trabajadores, dijo, justo antes de reclamar de nuevo un pacto de Estado sobre educación.

A modo de conclusión, González aseguró que «tenemos los mimbres necesarios para salir de la crisis, pero queda mucho trabajo por hacer». Y entonces puso algunos deberes a las administraciones, como que invierta en un corredor mediterráneo «de verdad» y no en un tercer carril y haga realidad ya la conexión Sagunt-Zaragoza, siendo esta última, como es, la primera plaza logística del país.