Baleària va disparada, casi tanto como sus ferrys exprés que realizan las rutas entre ciudades como Valencia e Ibiza. La firma con sede en Dénia cerró el año el pasado 31 de octubre y a falta de la revisión de los auditores presentará una facturación de unos 260 millones de euros y unos beneficios después de impuestos de 30, una cifra que superaría los 26 que obtuvo el pasado ejercicio, según reveló ayer en un almuerzo con periodistas el presidente de la compañía, Adolfo Utor. El empresario valenciano anunció que, por primera vez en la historia de la firma, repartirá las ganancias entre los accionistas. En su caso, para ir saldando los compromisos con antiguos socios a los que compró las participaciones que lo convirtieron en el accionista mayoritario de la sociedad, en la que también está el empresario y ex ministro Abel Matutes.

Utor explicó que los buenos resultados se han visto alentados por la caída del precio del petróleo y el buen funcionamiento de nuevos servicios. Antes de impuestos, la firma obtuvo 66 millones, un resultado también muy superior a los 57 del pasado ejercicio. El empresario celebró los resultados ya que, según argumentó, la deuda de la empresa se ha rebajado a los 120 millones de euros y que dispone de unos activos muy «valiosos» que superan los 300 millones con una flota de buques de 4 y 5 años. De momento y a corto plazo, la empresa tienen previsto adquirir un nuevo barco con opción a comprar otro. La firma valenciana está negociando con empresas italianas y españolas y el trato se podría cerrar en breve.

Baleària se ha propuesto crecer de manera exponencial en el Caribe, donde ya realiza rutas en Bahamas. Para Utor, en el mar de Centroamérica existe un público potencial de 50 millones de pasajeros con países como México, Jamaica o Haití como objetivo. El empresario también ha puesto los ojos en el norte de África y estudia empezar a operar un ferry entre Valencia y Argel, aunque la competencia de la empresa estatal argelina dificulta la entrada en el país magrebí.

Utor también habló de la aventura en Cuba, país en el que se está posicionando desde hace años pero que, de momento, no contempla la entrada de ferrys en sus previsiones. «Eso cambiará pronto», explicó Utor, quien se mostró confiado en la apertura paulatina del país en los próximos meses. De momento, trabaja en un proyecto de cooperación internacional en la bahía de la Habana. Baleària tiene proyectada una terminal de ferrys de pasajeros y mercancías en la localidad de Regla, junto a la capital.