Como deportista del mar y atento a las cuestiones que puedan afectarle me veo en la responsabilidad de informar a la sociedad valenciana de un hecho que se está produciendo y que de culminarse supondría un gran paso atrás en la cohesión social y un dramático paso adelante en la privatización del uso de nuestro litoral marítimo.

Desde hace más de cincuenta años, grupos de personas de nuestra sociedad civil con inquietudes, amor al deporte y al mar y tomando como iniciativa propia lo que le hubiese correspondido a la Administración, se fueron constituyendo en gestores de los actuales clubes náuticos.

Personas de toda condición, que solicitaban únicamente un espacio limitado del litoral o del puerto de su localidad, durante un tiempo determinado, e invirtiendo el dinero de sus miembros en instalaciones y personal para poder desarrollar sus actividades deportivas, sin ánimo de lucro ni plusvalía ninguna.

La labor que estas asociaciones han ido desarrollado en estos más de cincuenta años ha sido extraordinaria, el acercamiento al mar de miles de personas por medio de asociados en pequeñas y medianas embarcaciones, miles de niños y jóvenes educados en el manejo de embarcaciones deportivas en clubes abiertos especialmente a los colegios e institutos locales, y que sin ningún coste para las arcas públicas, han dado la mayor parte de los triunfos nacionales e internacionales de vela y pesca deportiva a nuestro país.

Haciendo de las escuelas de vela centros de formación humana y deportiva sin más ideología que el compañerismo y el valor del esfuerzo.

Asociaciones sin ánimo de lucro que han abierto el mar a gente de toda condición económica, manteniendo y habilitando nuevos amarres de pequeñas y medianas esloras para evitar que el disfrute de muchos se vea amenazado por el de unos pocos.

Baste lo enunciado anteriormente para advertir que todo eso se puede perder de forma inmediata

La actual ley de Puertos, en la que se reconoce a los clubes náuticos como entidades sin animo de lucro y con una función deportiva de base insustituible, se pretende ahora reformar mediante una enmienda presentada con una rapidez inusual para convocar un concurso y dar paso a sociedades mercantiles de cualquier procedencia que a través de un pliego donde las razones económicas serán prioritarias y acabarán de un plumazo con todos los logros anteriores.

Un cambio radical de «modelo» donde desaparece el asociacionismo altruista e integrador, educador en el deporte y promotor de iniciativas vinculadas a la cultura marítima, y aparece el modelo «glamouroso» del mercantilismo más excluyente con sus rutilantes barcos.

Apliquen, por favor estos concursos, si lo que se pretende es recaudar más, a los espacios de los puertos desaprovechados actualmente, y permitan que puedan coexistir con los clubs náuticos actuales. No desmonten todo lo que se ha ido logrando durante varias generaciones por esa sociedad desinteresada y enamorada del mar y su cultura.

No permitan ustedes, políticos elegidos para gestionar de forma social, que se acabe privatizando nuestro litoral.

Se lo rogamos todos los deportistas y amantes del mar.