España ha captado hoy en la última emisión de deuda de este año 2.102 millones de euros en bonos y obligaciones con los que ha cubierto el 100 % de sus necesidades de liquidez para el ejercicio.

Lo adjudicado hoy se suma a los 136.900 millones de euros captados en lo que va de año, con lo que se cubren los 139.000 millones previstos por el Tesoro en su estrategia de financiación a medio y largo plazo.

De estos 2.101,9 millones, 895 han salido a cinco años con un interés marginal del 0,670 %, ligeramente superior al 0,447 % de la anterior puja; otros 606,82 han salido con vencimiento en 2023 y una rentabilidad del 1,371 %, también por encima del 1,192 % precedente.

Los 600,10 millones de euros restantes, con vencimiento en 2040, se han adjudicado con un interés marginal del 2,739 %, inferior al 2,895 % de la anterior emisión comparable.

La demanda de las entidades ha sido elevada y ha alcanzado 5.301,9 millones de euros, con lo que la tasa de cobertura, que es la proporción entre las solicitudes y el importe adjudicado, ha sido de 2,5 veces.

El repunte en la rentabilidad del bono a cinco años y de las obligaciones que vencen en 2023 se produce un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos haya decidido subir, por primera vez en casi una década, los tipos de interés en aquel país.

Este nuevo marco supone que a tipos más elevados en Estados Unidos se sumará un dólar al alza, algo que atraerá a los inversores de renta fija y los alejará de la deuda soberana europea, según los expertos consultados.

Pese a todo, el Tesoro ha cerrado un ejercicio impecable durante el que se ha financiado cómodamente, ha rebajado prácticamente a la mitad sus costes de financiación respecto al año anterior y se ha instalado entre los países que cobran a los inversores por su deuda a corto plazo.