La solicitud de patentes en la Comunitat Valenciana sigue en caída libre. Desde 2008 el número de solicitudes presentadas a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) dibuja una curva descendente que ha tocado fondo en el 2015 recién finalizado, con 303 patentes, 21 menos que un año antes. La caída se sustancia sobre todo en la provincia de Valencia.

La patente es el título que acredita a explotar en exclusiva un invento durante 20 años, periodo en que nadie más podrá vender, uilizar o fabricar ese producto sin consentimiento. Se patenta solo lo que es totalmente novedoso, tiene un componente de inventiva así como aplicación industrial. La ley impide patentar teorías científicas, razas animales o artículos que atenten contra el orden público.

Por provincias, con todo, la de Valencia es la tercera de España en artículos innovadores tras Madrid y Barcelona.

También se produce un retroceso en la solicitud de «modelos de utilidad», una figura que protege invenciones de menor rango que la patente. Son invenciones que resuelven problemas técnicos. En 2015 fueron 410, frente a las 430 del año anterior.

Lo cierto es que las estadísticas de la Oficina dejan en evidencia la escasa cultura de patentes en la empresa española. Además del retroceso (en el conjunto estatal también se produce una caída por séptimo año consecutivo), cabe destacar que en la Comunitat Valenciana los últimos años el grueso de solicitudes procede de particulares más que de empresas. Un dato que, o bien refleja la escasa apuesta de la empresa por la investigación, o bien evidencia el escaso cuidado de las mercantiles por la protección de sus innovaciones.

En lo que sí se produce un incremento es en la cantidad de diseños industriales, aquellos reconocimientos en que se protege la apariencia externa de un producto. El alcance de protección de un diseño industrial no llega a las características dictadas exclusivamente por su función técnica. Por ejemplo, la protección de un diseño de un destornillador alcanzaría sólo a la forma del mango que admitiría alternativas, pero no a la punta cuya forma viene determinada por la función de ajustarse a un tornillo, explica la Oficina de Patentes. En este caso, durante 2015 se acreditaron 267, cifra que convierte a la valenciana en la segunda autonomía tras Madrid. Un año antes fueron 252.

Por otro lado, también se produjo un incremento durante 2015 en la Comunitat Valenciana en el registro de marcas. Concretamente, fueron 4.938, frente a las 4.726 de 2014. La marca es un signo que permite a los empresarios distinguir sus productos o servicios frente a los productos o servicios de los competidores.

Algo similar ha ocurrido con el registro de nombres comerciales, que ha pasado de los 819 de 2014 a los 849 en el ejercicio recién concluido. El nombre comercial es el signo o denominación que identifica a una empresa en el tráfico mercantil y que sirve para identificarla, individualizarla y distinguirla de las demás empresas que desarrollan actividades idénticas o similares.