En la Costa Blanca siempre sale el sol. A este ecosistema turístico propio que orbita en torno a Benidorm y se maneja con un modelo ajeno a los problemas del resto de la C. Valenciana, se la acumulan las buenas noticias. La caída del petróleo y el consiguiente abaratamiento de los desplazamientos aéreos; la subida de la libra y su revalorización frente al euro, y la explosiva situación internacional que retrae los viajes hacia el Mediterráneo oriental son los ingredientes que han propiciado la tormenta perfecta para este 2016. «Es un cóctel que hace que haya presión en la demanda para este año. Va a ser de récord», valora Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera de la Costa Blanca (Hosbec).
Lo cierto es que las expectativas que se manejaban en Benidorm desde hace meses se están concretando estos días con algunas novedades en el contexto de la feria Fitur. La primera es que, a mediados de enero, la Costa Blanca, básicamente Benidorm, ya presume de una reserva del 45% para este verano. La industria hotelera ya da por amortizado el 2016 y piensa en el futuro.
También en la feria de Fitur han recibido otras buenas noticias. La primera es que el turoperador Thomas Cook, que había abandonado esta comunidad en 2014 huyendo de la competencia de las reservas electrónicas y el low cost, ha adelantado a este año su regreso. Se preveía para 2016 pero este verano, y tal vez en el inverno, ya volará a Alicante. Se trata del segundo touroperador europeo, que cuenta con su propia aerolínea.Mientras, otro gigante de la turoperación, Tui, anuncia que cancela todos sus vuelos para este año a Túnez, al menos hasta noviembre, por la inestabilidad política. Una mala noticia que afecta positivamente a destinos del sur de Europa.
Mientras se cierran las rutas a los competidores del Mediterráneo, el aeropuerto del Altet ve ampliado en quince vuelos semanales su oferta, principalmente de Inglaterra, pero también de Italia y Alemania, según se ha anunciado estos días. Lo cierto es que tanto el sur de la C. Valenciana como Portugal e Italia se están viendo beneficiados por el golpe del terrorismo y los problemas internas de Turquía, Egipto o Túnez. «Los grandes touroperadores están muy preocupados. No están dispuestos a perder más dinero y prefieren orientarse a destinos seguros», apuntan desde el sector.
