«Valencia ha sido un mercado test para Loewe. Lo fue para probar el pret-á-porter. Ha funcionado muy bien el concepto de moda que ofrecíamos. Hemos hecho desfiles muy bonitos en la Lonja, y algunas otras cosas importantes. Como mercado test, ha sido muy interesante de estudiar porque se sacan conclusiones para otros mercados y el resto de España».

El presidente de la fundación Loewe y hombre fuerte de la empresa hasta hace unos años, Enrique Loewe Lynch (Madrid, 1941), hizo ayer un alto en Valencia para repasar la trayectoria de la marca en la capital y la historia de esta empresa familiar (1846), integrada desde 1986 en el grupo Vuitton.

En la conferencia, organizada por la asociación de comerciantes Valencia Excellence, Loewe repasó sus experiencias en la ciudad, así como el mercado del lujo, la artesanía y el nuevo lujo.

Loewe Lynch, cuarta generación de la firma de origen alemán, recordó desde la primera tienda de la marca en Valencia en los años 60, diseñada por el arquitecto Javier Carvajal, en Poeta Querol, hasta el último espacio, en la misma zona: «Una preciosidad, nos ha dado muchas satisfacciones. Ha sido test para ese modelo de decoración y división de espacio para otras tiendas», valoró en conversación con Levante-EMV.

Pese a la ruptura de la tradición familiar que supuso la compra por parte de Vuitton, el empresario valora positivamente el camino de los últimos años. La firma tiene hoy 180 tiendas en todo el mundo, un proceso de internacionalización que le ha permitido diversificar riesgos: el 30%-35% de las ventas corresponde a España, explica.

«Es un momento muy interesante de proyección hacia el futuro, con la colaboración en los últimos años de Jonathan Anderson (director creativo), un valor que promete muchísimo». «Uno siempre tiene dudas cuando lleva la marca adelante. Piensas que a lo mejor los clientes no te siguen», añade.

Pero la marca, insiste, mantiene la devoción por la artesanía sin cerrarse a los avances tecnológicos: «Tenemos los últimos adelantos de corte por láser, pero se respeta la razón artesanal. Las manos de nuestros artesanos no es una frase bonita, es una realidad sobre la que se ha construido la historia de esta empresa», dice el empresario del lujo que fabrica una parte de sus bolsos en una planta de Nules. «En Loewe hay una pasión genética desde 1846 por la piel. Tenemos la voluntad de ser contemporáneos pero respetando lo artesano».