Lo que hasta 2012 eran dos periodos de rebaja (verano e invierno), con un límite máximo de dos meses, y para productos que no hubieran estado en promoción al menos el mes anterior, quedó desregulado por completo con el decreto del 13 de julio de 2012. Los periodos de rebaja y su duración quedan ahora al «criterio de cada comerciante». La venta en liquidación, por su parte, pasa de tener un plazo máximo de tres meses a un año. En cuanto a la venta en promoción el decreto legalizaba la compra de productos para venderlos directamente bajo esa fórmula. Ya no se exigía, como antes, haber estado a la venta a precio normal. j. l. g. valencia
