El mercado laboral de la Comunitat Valenciana ha experimentado un notable cambio en positivo durante 2015 aunque todavía soporta una tasa de paro del 22,8 % de la población activa. El número de trabajadoras con formación superior alcanza la cifra más alta de la historia con 382.500 ocupadas con educación superior, lo que supone un aumento del 10 % respecto a 2014 y un 23 % más que hace una década. Según el análisis realizada por la consultora Randstad, con motivo del día de la Mujer Trabajadora (8 de marzo), del total de público femenino ocupado en la autonomía, el 44 % ha cursado estudios superiores, porcentaje que todavía se sitúa cuatro puntos por debajo de la media de España.

Llama la atención también que, además, dos de cada tres empleadas con formación académica superior tiene menos de 45 años. En el caso de la Comunitat Valenciana, el porcentaje de mujeres ocupadas con estudios universitarios se sitúa en el 44,2 %, 3,7 puntos porcentuales más que la media nacional. Mientras tanto, en el caso de los varones, el porcentaje de ocupados con formación superior se sitúa en el 37 %.

Además, la Comunitat Valenciana es el quinto territorio mejor de España para trabajar, aunque también la sexta con peor remuneración, según el informe Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, presentado ayer en Valencia, en el que la Comunitat obtiene una puntuación de 5,8 sobre 10, con un incremento interanual del 7,6 %.

Menor conflictividad

En España, la proporción de empleos cualificados tiene una reducción interanual de tres décimas, hasta el 32,4%. Sin embargo, la C. Valenciana destaca por mostrar el mayor incremento en la proporción de empleos cualificados, con lo que estos ya alcanzan al 30% del mercado laboral. De hecho en el último año se han perdido en la autonomía 14.800 empleos de cualificación media o baja (-1 %), mientras se han creado 65.000 de alta cualificación (+12,5 %).

En cuanto a las posibilidades de conciliación, la autonomía sigue siendo la mejor considerada. Y la recuperación del mercado se traduce también en una reducción de la conflictividad laboral.