Desde su llegada a nuestros bolsillos, el 1 de enero de 2002, las monedas de euro ya forman parte de nuestra vida cotidiana. Estas ocho monedas, que nos permiten realizar nuestras transacciones diarias, llamaron la atención el día de su puesta en circulación por su diseño.

Pero, sobre todo, captaron nuestra atención por su tamaño que, a priori, no tenía mucho sentido, porque monedas con mayor valor eran más grandes que algunas con menor valor. Por eso, catorce años después, aún nos seguimos preguntando ¿por qué las monedas de 5 céntimos son más grandes que las de 10?

La explicación es más sencilla (y menos emocionante) de lo que parece. La industria del vending requería un diámetro mínimo de 15 milímetros, ya que algunas máquinas expendedoras tenían problemas reconocer monedas más pequeñas, tal y como ha explicado a mercadofinanciero.com la responsable de cuestiones legales sobre el euro del BCE, Irina Stoicescu.

Asimismo, continúa Stoicescu, "la EBU (European Blind Union - Unión Europea de Ciegos) deseaba una diferencia de 3 milímetros de diámetro entre cada denominación (2 mm si los bordes eran diferentes)". Con el fin de reconciliar estas demandas, manteniendo los diámetros dentro del rango de las monedas nacionales pre-euro, se decidió dividir las 8 monedas en tres series.

Las series son claramente distinguibles entre sí (monedas rojas para 1, 2 y 5 céntimos, monedas amarillas para el 10, 20 y 50 céntimos y monedas bicolores para las de 1 y 2 euros) mientras que el mínimo de diferencia de diámetro se respeta dentro de cada serie.

Tres módulos

Las monedas fueron diseñadas en tres módulos, tal y como precisa Stoicescu, que se diferencian por el metal utilizado en su fabricación.

Así, tenemos el primer bloque -1 y 2 euros- que está compuesto por tres capas en el interior en las que se combina el níquel con otros materiales como el latón (2€) y el cobre (1€).

El segundo bloque, compuesto por las monedas de 10, 20 y 50 céntimos, cuenta con el oro nórdico como material de fabricación. Finalmente, el tercer bloque es el de las tres monedas más pequeñas -1, 2 y 5 céntimos- que son de acero recubierto de cobre.

La idea es que el diámetro de las monedas vaya disminuyendo según descienda el valor numerario de las mismas. No obstante, no ocurre de forma continua desde la de 2 euros a la de 1 céntimo porque, en ese caso, esta última sería minúscula y aún más complicada de manejar de lo que es en la actualidad.

Así, para evitar que las monedas más 'pequeñas' en valor no fueran minúsculas e inservibles para las máquinas de 'vending', se acuñan por grupos, siendo el tamaño de mayor a menor según el grupo al que pertenezcan y no por tener menos valor que su moneda inmediatamente superior.

De esta forma, la moneda de 5 céntimos (21,25 mm), al ser la primera de su grupo, es más grande que la de 10 céntimos (19,75 mm) para evitar que las de 2 y 1 céntimo se vieran reducidas a la nada.