La entrada del conseller de Economía, Rafael Climent, en el debate de los horarios comerciales con una propuesta de libertad horaria para toda la autonomía, pero limitada a los periodos de Semana Santa, verano y Navidad, no ha sentado nada bien a los alcaldes de Valencia y Alicante. Joan Ribó y Gabriel Echávarri se reunieron ayer en Valencia para abordar esta problemática y coincidieron en el mensaje: «Respeten las peculiaridades comerciales de las grandes ciudades». Fue un mensaje suave en la forma que no esconde el cabreo del equipo municipal de Valencia con lo que ven como una injerencia en un asunto en el que han invertido seis meses y han cerrado un pacto histórico que, por primera vez en años, ha puesto de acuerdo a grandes superficies y comercio de proximidad.

«Salir con estas declaraciones sin avisar es una barbaridad. Estamos calentitos», llegaron a decir fuentes municipales. Valencia aprobó hace poco un acuerdo por el que solo tendrán libertad horaria el centro y Cacsa. En clave laboral, Ribó se ha garantizado que cada empleado no tenga que trabajar más de 14 días. En Alicante, el alcalde socialista Gabriel Echávarri trabaja en una alternativa similar. Con esa propuesta de tres periodos, serían más días, unos 20.

Ribó emplazó a la conselleria a plantear su alternativa, pero defendió su pacto. De hecho apremió a la Dirección General de Comercio a «ponerse las pilas» y aprobar ya el acuerdo para que el 19 de marzo, tal como se estableció en el acuerdo con las grandes superficies, ya no abra el comercio.